León es la quinta provincia en aportar reclutas al nuevo ejército profesional

Hace apenas dos décadas el ejército español contaba con cerca de 200.000 efectivos, que debían cumplir un servicio militar obligatorio de quince meses. Hoy en tierra, mar y aire sólo quedan 65.000 de tropa, todos voluntarios y profesionales, de ellos aproximadamente un 15% mujeres. El tiempo le ha dado un gran vuelco al oficio de las armas. León es la quinta provincia de España, sólo superada por las islas Canarias, Badajoz y Cádiz, además de las ciudades de Ceuta y Melilla, en aportacion de voluntarios al nuevo ejército profesional, un puesto en el ranking estatal que lo mismo puede denotar patriotismo o tradición que falta de empleos en otro sectores más apetecibles. Durante el último año un total de 759 jóvenes solicitaron desde León entrar en las Fuerzas Armadas, de los que finalmente fueron admitidos 332 en contratos para dos o tres años, luego prorrogables. Aunque el número no parece relevante para el conjunto del territorio nacional el porcentaje sobre población jóven es una de las más altas del país en provincias sin gran tradición castrense. En Melilla y Ceuta uno de cada doce jóvenes buscan empleo en el ejército, seguramente siguiendo el ejemplo de los padres, en tanto que en Canarias lo hace uno de cada cincuenta y en Badajoz, Cádiz, Salamanca y León uno de cada cien. De ahí para abajo las vocaciones militares caen en picado hasta rebajarse a una de cada doscientas en Madrid, Murcia o Lugo, y a un jóven de cada cuatrocientos en Barcelona o Soria, por citar provincias alejadas en el mapa y en la sociología. La tabla de las provincias con menor cantera de reclutamientos se cierra con Navarra, Alava y Guipuzcoa, donde apenas uno de cada mil jóvenes se presenta para el ingreso en el ejército profesional, seguramente por una doble razón: por una parte el entorno político hostil y, por otra, la facilidad de encontrar empleos mejor remunerados en la vida civil. Menos de la mitad admitidos Según los responsables del área de reclutamiento de la Subdelegación de Defensa de León apenas la mitad de las solicitudes de ingreso en el ejército acaban siendo aceptadas: en una cuarta parte de los casos los demandantes se arrepienten y no se presentan a las pruebas de selección; de los restantes otra cuarta parte no supera las pruebas físicas o de ingreso; de los que aprueban otro 10% no se presenta al centro de formación; y, al final, otra quinta parte no se decide a firmar el contrato con el ejército. Al cabo de todo el proceso de selección quedan para soldados profesionales el 40% de los solicitantes. En el caso de León el año pasado se recibieron 759 solicitudes, de las que acabaron en contrato sólo 332. El grueso de ellas estaban firmadas por jónenes de entre 18 y 20 años (el 60% del total) y su procedencia era de lo más dispar, aunque paradójicamente casi siempre de zonas urbanas y no rurales. En los acuartelamientos leoneses se ofrecían un total de 819 plazas entre Astorga, San Andrés del Rabanedo (Ferral del Bernesga) y la base aérea de La Virgen del Camino, pero sólo se han cubierto con personal de León un total de 168. El resto de los militares leoneses han solicitado destinos fuera, aunque tampoco demasiado lejos, sobretodo en Asturias y Burgos. Por último y en cuanto a titulaciones académicas, casi la mitad de los aspirantes a entrar en el ejército habían cursado previamente la ESO o tenían sólo el certificado de escolaridad o de graduado escolar (otro 25%), siendo una exigua minoría los titulados universitarios (1%).