Maragall admite que ha puesto al presidente en una situación difícil

Pasqual Maragall agradeció ayer a Rodríguez Zapatero su implicación en la polémica reforma del Estatuto de Cataluña. En un discurso que sonó casi a disculpas, el presidente de la Generalitat admitió que las aguas en las que se ha adentrado el jefe del Ejecutivo «no son fáciles» de navegar y se comprometió a hacer todo lo que esté en su mano para facilitar la tarea al Gobierno. «Estoy dispuesto a asumir la parte de responsabilidad que me pudiera corresponder si las explicaciones de lo que Cataluña propone en el escenario de la España plural no han sido suficientes», aseveró. Maragall mostró su cara más conciliadora. Fue el primero de todos los presidentes territoriales en subir a la tribuna, de acuerdo con el orden de aprobación de estatutos, pero parecía saber que a continuación se sucederían una serie de críticas más o menos sutiles a la proposición del Parlamento catalán. Y lejos de mostrarse reivindicativo, optó por la humildad. «Vamos a escuchar con respeto las opiniones distintas y las propuestas de los territorios y comunidades de España», prometió.