Salvar el mercado ibérico
Los Gobiernos de España y Portugal acordaron este sábado que la decisión que, en su caso, tome el primero respecto al futuro de la opa de Gas Natural sobre Endesa -que tendría claros efectos monopolizadores de las redes de distribución eléctricas en varias comunidades autónomas- «deberá tener en cuenta los efectos sobre el Mibel», el futuro mercado ibérico de la electricidad. Así consta en el documento que recoge las conclusiones finales de la XXI Cumbre hispano-lusa celebrada en Evora, donde también se precisa que la adquisición de energía en este ámbito por los distribuidores o comercializadores reguladores comenzará el 1 de julio de 2006. A partir de esa fecha entrará en vigor el «dispositivo legal» que establecerá «las condiciones y las obligaciones» de compra de energía en el Mibel, que hasta diciembre de ese mismo año deberá suponer, al menos, el 5% de la electricidad que se venda a cliente regulados. Asimismo, ambos países deberán presentar, antes del 15 de marzo del próximo año, una propuesta conjunta de un mecanismo de gestión de las interconexiones de sus respectivos mercados eléctricos, junto a otra sobre el mecanismo de garantía de potencia de esas redes, documento que habrá de estar listo antes del 1 de noviembre del 2006. Respecto a la distribución concreta de esas interconexiones, España y Portugal se han comprometido a que las correspondientes al eje noroeste (Galicia) y las de la zona sur Algarve-Andalucía estén concluidas en 2011, «o antes si fuera posible». El Mibel es un viejo proyecto de ambos países, cuyas líneas se acordaron en la Cumbre de Valencia del 2002, para potenciar sus capacidades energéticas, que en el caso de España dependen aún sobremanera de las reservas procedentes del otro lado de los Pirineos. Una vez entre en funcionamiento, el mercado ibérico de la electricidad dará servicio a 28,8 millones de clientes.