«El furtivismo no es solución porque perjudica a todos»

La proliferación excesiva de animales de caza mayor en terrenos que antes parecían impensables, como hace sólo una década los maizales de los regadíos del Páramo o del Esla, y en especial los jabalíes, ha generado no pocas veces la tentación de su caza furtiva. Por parte de los agricultures se trataba de evitar daños en los cultivos y por la de los cazadores aprovechar el aumento incontrolado de las piezas como un maná deportivo caído del cielo -o de la montaña más próxima- además de evitar reclamaciones por accidentes de tráfico en las inmediaciones de los cotos. Nadie sabe si este tipo de furtivismo se ha producido, aunque muchos han debido de caer en la tentación habida cuenta de que los veterinarios rurales están cobrando por analizar su carne tarifas similares a las de un cerdo doméstico. Pero al menos desde la Federación de Caza dicen no ser partidarios de soluciones tan drásticas, «que no nos beneficiarían en nada, porque si mantenemos los cotos es para cazar legalmente».