Rescatan a una niña atrapada en el alféizar de una ventana

Los bomberos de Santander rescataron ayer a una niña de tres años que se encontraba sentada sobre el alféizar de la ventana de un segundo piso con la persiana bajada a sus espaldas, de forma que no tenía posibilidad de entrar a su casa. La niña, brasileña, pasó a disposición de los responsables de Servicios Sociales de la policía. Sobre las nueve de la mañana de ayer los vecinos del populoso barrio santanderino de Castilla Hermida, contemplaban atónitos cómo una niña se encontraba sentada sobre el alféizar de la ventana de un segundo piso en la calle Castilla. «Estaba vestida con el pijama, muerta de frío y muy asustada, sentada sobre un hueco de apenas 15 centímetros; la pobre podía haberse caído en cualquier momento», relató uno de los bomberos que acudió a rescatarla. En el cuerpo municipal creen que alguien la puso allí y dudan que ella misma saliera de la casa, se sentara en el alféizar y cerrara la persiana tras de sí. Fueron apenas 20 minutos el tiempo que pasó entre que la Policía Local recibió la llamada de aviso y que los bomberos procedieron al rescate con una autoescala. Pero fue tiempo suficiente para que numerosos vecinos temieran por la vida de la pequeña. «Mantuvo una sangre fría impresionante, apenas se movía y no lloraba», cuenta un testigo presencial. Sin embargo, no todo fue tranquilidad. Cuando la niña vio a los bomberos, intentó acercarse a ellos, y por dos veces se temió que resbalara del alfeizar hacia la calle. Finalmente, cuando el agente que estaba subido a la escala la cogió, «ella le abrazó y rompió a llorar. Fue muy emocionante», según el testimonio del propietario de un comercio cercano. Poco después aparecía su madre, una joven brasileña de 23 años que aseguraba desconocer lo que había pasado y que dada muestras de dolor y sorpresa. Los vecinos de la zona no conocían muchos datos de los propietarios de la vivienda, aunque ese es un aspecto que se encuentra ahora bajo investigación policial, y no se descarta que en ese piso convivieran más personas. Inmediatamente, la niña fue sometida a pruebas médicas que determinaron que no había sufrido malos tratos.