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Las terapias de la Junta a maltratadores llegan en León a 24 hombres

León

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León ya tiene en funcionamiento un programa de terapias para hombres maltratadores al que se han sumado 24 hombres, la mayoría derivados desde instancias penitenciarias, según datos de la la Oficina de la Mujer de la Junta. El programa, al igual que el de apoyo emocional para mujeres víctimas de malos tratos (26 usuarias en lo que va de año), está financiado con fondos de la Dirección General de la Mujer y nació con el objetivo de «dar tratamiento psicológico a los hombres que ejercen la violencia hacia las mujeres con el fin de prestar una atención integral hacia estas mujeres víctimas de violencia de género», explica Josefa Vélez. «Cerrando pasado» es el lema del programa Fénix, nombre elegido para la iniciativa puesta en marcha a través de un convenio con el Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León, que evoca al ave fénix que resurge de sus cenizas. Inicialmente no se preveía que los destinatarios fueran hombres inmersos en procedimientos penales, como está sucediendo ante la inexistencia de otra oferta con la que cubrir las exigencias de la Ley Integral de Violencia de Género en cuanto a la rehabilitación de los maltratadores. El tratamiento es de un año y se inicia con una consulta de información y motivación «en la que el sujeto asuma el compromiso y se motive al cambio», explica el presidente del Colegio Oficial de Psicólogos de León, Vicente Martín. En una segunda sesión se realiza lo que se llama «alianza terapéutica» y en las dos siguientes se realiza una evaluación y diagnóstico para emitir un informe a la Junta en el que se determina «si es apto o no para poder ser tratado dentro del contexto del programa Fénix», añade el psicólogo. Después, se inicia el tratamiento propiamente dicho, estructurado en cuatro fases. En la educacional o de información, el psicólogo explica a los maltratadores «lo que les ocurre y les enseñamos las técnicas de intervención» con habilidades sociales, toma de decisiones y conductas alternativas. En el ámbito cognitivo se trabaja la reestructuración del pensamiento y la argumentación de valores y en el fisiológico el control de los impulsos y técnicas para disminuir la ansiedad. El ensayo de todos estos aprendizajes, la aplicación y la generalización completan el ciclo del tratamiento. Las asociaciones de mujeres se muestran cautas ante la posibilidad de que suponga un recorte de fondos para las mujeres víctimas. «Somos partidarias de que lo haga Instituciones Penitenciarias, aunque sabemos que hasta ahora los resultados son bastante malos», indica Carmen Carlón, presidenta de Adavas. Herminia Suárez, de Flora Tristán, indica que las terapias pueden ser positivas si sirven para que «no vuelva a delinquir agrediendo a otras mujeres», pero cree que en ningún caso deben ser sustitutivas de la condena. «No está muy claro si se pueden cambiar ciertas conductas, pero no negamos el derecho a la rehabilitación; ahora bien, exigimos que, como delincuentes que son, cumplan las penas», subrayó. Alberto del Pozo, del grupo de hombres por la igualdad Prometeo, cree que «hay que intervenir sobre el hombre violento, la terapia debería ser obligatoria», pero apostilla que «la verdadera intervención está en los valores y en la forja de una nueva forma de masculinidad».