Ausencia de la mayoría de los líderes árabes en la Cumbre de Barcelona

La Conferencia Euromediterránea de jefes de Estado y de Gobierno inició este domingo en Barcelona sus trabajos devaluada por la ausencia de la mayoría de líderes del mundo árabe e islámico. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, y el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, son los únicos mandatarios no europeos de primer nivel presentes en la reunión, en la que se debatirán ayudas para el desarrollo de los países de la ribera sur y el modo de afrontar retos comunes como el terrorismo y la inmigración ilegal. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que ejerce de anfitrión, pidió este domingo no hacer «un prejuicio» acerca de esa cumbre antes de que empiece. El jefe del Ejecutivo espera que los debates de Barcelona se sustancien en «un documento político de alcance» y con propuestas concretas. De ser así, avanzó, «habremos tenido un balance positivo». Rodríguez Zapatero afirmó estar convencido de que «todos» los jefes de Estado que excusaron su presencia tienen una buena razón para no asistir. No obstante, fuentes cercanas al Gobierno no ocultaron su malestar ante el hecho de que los líderes magrebíes y de Oriente Próximo desechen «una oportunidad histórica espectacular» de reunirse con los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea para buscar soluciones a problemas comunes. El Ejecutivo está satisfecho con la respuesta de los representantes de Marruecos -que envió a su primer ministro, Driss Jettu-, Turquía y Palestina. Un segundo grupo de países, en el que están Siria, Líbano y Argelia, plantean serias dificultades a que haya avances en algunas áreas como la lucha contra el terrorismo por su «radicalismo». Eso tiene que ver con su empeño en introducir salvedades en el código de conducta antiterrorista que España y Gran Bretaña quieren aprobar en esta cumbre, pues se empeñan en diferenciar terrorismo de la «legítima lucha de liberación nacional» que, según su visión, se lleva a cabo en algunos países. En un tercer nivel, hay un grupo de países encabezados por Egipto -un actor fundamental en el Mediterráneo- y Túnez, cuyos presidentes, Hosni Mubarak y Zine El Abidine Ben Ali, delegaron en sus primeros ministros, quienes apenas tienen peso político ni capacidad decisoria.