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Sólo seis leoneses han donado sus cuerpos este año a las universidades más cercanas

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M. Romero - león
León

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Las facultades de Medicina de Castilla y León se las están viendo y deseando para conseguir cuerpos con los que investigar y formar a los estudiantes, obligados a estudiar anatomía durante los dos primeros cursos de la carrera. Según los datos recabados en los diferentes centros universitarios del entorno de León, desde enero de este año sólo seis leoneses han firmado un contrato para entregar su cuerpo a la ciencia y todos ellos lo han hecho en la Universidad de Salamanca, que con 25 cuerpos es la que lidera las captaciones en la comunidad autónoma. En Valladolid sólo ha habido ocho donantes en estos once meses -ninguno de León-, mientras que en la Universidad de Oviedo se ha cerrado temporalmente la recepción de cadáveres al tener cubiertas sus necesidades. «Los extranjeros tienen otra mentalidad, por eso hay tantas donaciones en la costa mediterránea», indica el profesor Pastor Vázquez, del departamento de Anatomía y Radiología de la Universidad de Valladolid. Otras carreras se apuntan En esta ciudad, los anatomistas no son los únicos que tienen serios problemas para conseguir cuerpos sobre los que enseñar. El estudio de la asignatura ya no es exclusivo de la medicina, sino que el campo se ha abierto a estudios superiores tan dispares como Educación Especial y Óptica, entre otros muchos. Una vez que un cuerpo llega a sus manos, la universidad pone en marcha el protocolo que se inicia con el embalsamamiento del cadáver. Suele pasar un periodo mínimo de un año hasta que el cuerpo es apto para la investigación o la docencia. Cuando llega el momento, se disecciona y se extraen todos los órganos para su estudio. Una vez que el cadáver ya está utilizado y es inservible científicamente, bien se entrega a la familia o se deposita en una fosa común, todo con cargo a la universidad receptora. Material de estudio no duradero «Los cuerpos ahora duran muy poco tiempo. Como mucho, los podemos utilizar dos años. El hecho de que estemos obligados a conservarlos en frío y no en formol provoca que los tejidos se sequen antes y que no puedan permanecer más tiempo almacenados», explica el doctor Pastor Vázquez. En la Universidad de Salamanca, la capacidad de recibir cadáveres para investigar está delegada en el departamento de Anatomía e Histología Humanas. Las 25 personas que les han cedido su cuerpo este año serían suficientes para soportar las necesidades del creciente alumnado, pero son sólo contratos. Los cadáveres, hoy por hoy, no sobran. Un proceso muy costoso El protocolo que exige la manipulación de cadáveres encarece enormemente el coste del proceso desde que fallece el donante hasta que el cuerpo llega a manos de los estudiantes e investigadores. «Se hace con todos los sacramentos», afirma de una forma muy gráfica Celia Díaz, miembro del departamento de Morfología y Biología Celular de la facultad de Medicina de Oviedo. «La donación genera muchos gastos a las universidades. Sólo el traslado del cadáver desde el hospital hasta la facultad resulta muy costoso, y es que no existen convenios para esto», añade. En este departamento no recuendan que haya donantes leoneses en su depósito. De momento, tienen el cupo de recepción de cuerpos cerrado. «Tenemos muchos donantes vivos y también fallecidos».

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