Casi 24.000 toneladas de ruedas al año se convertirán en gas y carbón

Bruselas exige que los residuos se reutilicen, se reciclen y se valoricen para que en el futuro se pueda hablar de vertidos cero. RMD ya ha puesto en marcha los dos primeros pasos y muy pronto completará el trío con el funcionamiento de su maquinaria de termólisis. Un proceso al que ya han dedicado 4,5 millones de euros y miles de horas de investigación desde 1995. La termólisis permitirá transformar los neumáticos fuera de uso en dos combustibles, carbón y gas, tras calentar las ruedas durante media hora en un gran horno (reactor de termólisis), herméticamente cerrado para que no entre aire y se produzca combustión. Dentro del reactor «no hay fuego, sólo calor», precisa el directivo Avelino Encinas. Según explica, el carbón que se obtiene «posee mayor poder calorífico que el que se extrae en las minas y, además, es menos contaminante porque contiene sólo un 1,03% de azufre». El gas resultante «también es natural y si se envasara, podría venderse». A la temperatura que sale, unos 900 grados centígrados, «puede producir vapor y mover una turbina». Los humos pasan, después, por un módulo de tratamiento donde se recoge el azufre antes de que salga a la atmósfera y se limpia con bicarbonato sódico. Todo ello, con mediciones constantes a través de unos paneles indicadores de los niveles de todos los componentes. Tres toneladas cada hora La planta de termólisis tendrá una capacidad de 24.000 toneladas al año. Según los cálculos, una vez que se ponga en marcha, la maquinaria no puede parar y será alimentada con tres toneladas cada hora. Sólo quedará entre un 3 y un 5% de residuo, al que se aplicará un neutralizante. «Estamos convencidos -reconoce- que será la energía del futuro, porque no se puede estar tirando energía a la basura. De hecho, en el centro de Viena ya hay una especie de contenedores que realizan el proceso de la termólisis para reciclar los residuos y nadie se sorprende». Encinas insiste en que RMD no va a incinerar los neumáticos, un proceso que sería mucho más barato, pero que socialmente no se sustenta. Lo que sí acometerán es la termólisis con una máquina «que será única en el mundo» y que ya está succionando el 20% de las inversiones de la compañía en investigación y desarrollo. La planta piloto pesa cien toneladas y reproduce el proceso completo, con el equipo técnico, la cámara de combustión, la de enfriamiento y la de tratamiento de humos. En ella colaboran desde hace cuatro años la Universidad de León y varias empresas de Francia. La previsión es que el próximo año se logre validar industrialmente un proceso que supervisarán quince personas a través de monitores las 24 horas del día, en tres turnos. «Estamos realizando cientos de pruebas, porque queremos lograr una fiabilidad del 100%», insiste. «Estamos enterrando energía en los vertederos desde hace años. El sentimiento de la empresa es dejar de hacerlo con el reciclaje» AVELINO ENCINAS, directivo de RMD