Los marroquíes han percibido un «notable rechazo» social tras el 11-M

En el caso particular de los marroquíes, el rechazo social se señala como un «fenómeno notable» a partir de los atentados islamistas ocurridos en Madrid el 14 de marzo del 2004. De todos los inmigrantes encuestados, sólo un 26% manifiestan haberse sentido excluidos a la hora de acceder al mundo laboral, alegando, principalmente, dos razones: para un 67,6%, la falta de trabajo, y para un 32,4%, el mero hecho de ser extranjeros. Este porcentaje es mayor entre los originarios del norte de África, principalmente marroquíes, y entre los procedentes de Rumanía, en el caso europeo, que esgrimen un mayor rechazo y temor de los leoneses a la hora de contratarlos. El estudio de Fgulem revela que los inmigrantes peor considerados por la población autóctona (subsaharianos, marroquíes, rumanos y latinoamericanos) se enfrentan a «ciertos problemas» para alquilar un piso, sin mencionar la práctica imposibilidad para su compra ante la falta de garantías patrimoniales o laborales, cuando no la irregularidad de su condición administrativa. Creciente temor a la xenofobia Los arrendadores de viviendas muestran recelo a la hora de alquilar, excusándose en los destrozos por exceso de ocupantes, subarrendamiento o falta de pago. Sin embargo, la abundante oferta de vivienda en alquiler en relación a la demanda no ha supuesto una detección significativa de abusos en los precios, más que reticencias al mero arrendamiento en sí. Los episodios de discriminación explícita y violencia hacia los inmigrantes son «esporádicos y poco significativos», si bien los extranjeros manifiestan un creciente temor hacia estos fenómenos. La concentración de estos grupos poblacionales en determinados barrios, así como la no coincidencia en otros espacios públicos permite a los sociólogos afirmar que la convivencia, en general, es muy satisfactoria desde las dos perspectivas, la del inmigrante y la del leonés. «Ello se puede deber en parte a que viven de espaldas, pero sobre todo a que la ciudad cuenta con infraestructuras y servicios suficientes para absorber tan importnte contingente poblacional sin tensiones ni grandes problemas en todos los ámbitos: vivienda, servicios sociales, seguridad ciudadana, educación, sanidad...». La población leonesa, por su parte, no percibe una amenaza en la creciente presencia de los grupos de inmigrantes, si bien reconoce que el contacto y conocimientos mutuos «son prácticamente nulos o muy débiles».