Considera que deben ser los integrantes del tripartito los que avancen en las conversaciones
Zapatero descarta convocar una cumbre para impulsar la negociación del Estatut
ERC compara el boicot con la persecución a los judíos durante el nazismo
José Luis Rodríguez Zapatero no es partidario de reunirse con los principales líderes de las fuerzas políticas catalanas para dar un impulso a la negociación de la reforma del Estatuto de Cataluña, al menos hasta que no haya acuerdos sobre asuntos de fondo. El presidente del Gobierno considera que deben ser los integrantes del tripartito, CiU y el PSOE los que tienen que avanzar en las conversaciones sin necesidad de impulsos externos. La escena del 22 de septiembre en el palacio de La Moncloa no se va a repetir, al menos por ahora. Aquel día, Rodríguez Zapatero recibió en su residencia al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el líder de CiU, Artur Mas, y los tres lograron cambiar el rumbo de la negociación estatutaria en el Parlamento de Cataluña que iba camino del fracaso. En esta oportunidad, el presidente del Gobierno no ve necesaria su participación directa en las conversaciones, según fuentes de su entorno, porque no van mal y no existe la sensación de frustración que rodeó en su momento al proyecto que aprobó la cámara autonómica el 30 de septiembre. Rodríguez Zapatero ha comunicado a los negociadores socialistas de la reforma que convocará una reunión al más alto nivel sólo cuando existan acuerdos relevantes y falte el impulso político para solventar las cuestiones más arduas, sobre todo el sistema de financiación. La petición de una cumbre fue formalizada por Esquerra Republicana de Catalunya hace dos semanas y a la petición se sumó CiU, aunque con matices. La idea también encontró eco en el PSC e Iniciativa per Catalunya. El presidente del Gobierno cree que su irrupción en las negociaciones carece de sentido si no hay acuerdos previos, aunque sea de mínimos. Si su participación es necesaria para pactar asuntos menores, dicen fuentes gubernamentales, quiere decir que las distancias entre el PSOE y las fuerzas catalanas sobre el proyecto es tan grande que el acuerdo sobre los asuntos de fondo será inalcanzable. La comparación de ERC Por otro lado, el dirigente de ERC y consejero de Comercio, Turismo y Consumo de la Generalitat, Josep Huguet, comparó ayer el boicot a los productos catalanes impulsado por algunos colectivos ciudadanos con la persecución que sufrieron los judíos durante el nazismo. En declaraciones a la emisora catalana RAC 1, el dirigente de ERC consideró que las pintadas que han aparecido en comercios y sucursales bancarias de origen catalán en Madrid con la leyenda «catalanes, piénsatelo» son un «delito» que recuerda «la estrella de David pintada ante las tiendas de los judíos». El consejero de Comercio señaló que estos comportamientos deben «estar perseguidos policialmente» y sus autores «deben ser llevados a la justicia». Huguet insistió en que «para el españolismo radical el catalán es el enemigo interior» y denunció que los catalanes «pese a tener DNI español, somos sospechosos de deslealtad».