España aprueba la ley que la sitúa en la vanguardia de la lucha contra el tabaco

España se situó ayer en la vanguardia mundial de la lucha contra el tabaquismo con la aprobación por unanimidad en el Congreso, incluido el PP, de una ley que prohíbe fumar en los centros de trabajo a partir del 1 de enero. Cuando entre en vigor en su integridad, prácticamente sólo se podrá encender un cigarrillo en casa, en la calle y en algunos bares y restaurantes. Con esta política de mano dura, el Gobierno pretende combatir el tabaquismo, que causa la muerte de 50.000 personas al año y es responsable del 16% de los fallecimientos de los mayores de 35 años, más que el sida, el alcohol, los accidentes laborales y los de tráfico juntos. Sin embargo, no pagará los métodos de deshabituación, como pretendían el PP y CiU. El Grupo Popular consideró que Sanidad tiene la «obligación moral» de financiar estos tratamientos, ya que su deber es «evitar todas las muertes posibles». La histórica norma que supone una revolución en las costumbres no sólo del 30% de los fumadores, sino de todos los ciudadanos, fue aprobada por consenso. España, considerada hasta ahora un paraíso para los fumadores, pasará a ser, junto a Holanda e Irlanda, el tercer país de la Unión Europea que erradica por completo el tabaco del ámbito laboral. A cambio, abre la mano en los establecimientos de tipo recreativo y, a diferencia de países como Italia, Noruega e Irlanda, se podrá fumar con limitaciones en bares y restaurantes. En su intervención ante el pleno del Congreso, la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, dijo que la nueva ley combate el «más grave problema de salud pública a que nos enfrentamos», sienta las bases para un futuro más saludable y ayudará a que las nuevas generaciones «vivan como normal (la ausencia de humo en el trabajo y la mayoría de los espacios públicos) lo que para nosotros ha sido una excepción».