| Análisis | La obra del siglo XXI |
El futuro pasa por el alto Bernesga
La variante supone la posibilidad de crear un tejido industrial fuerte en toda la comarca
El futuro entra en tren a La Robla con la nueva adjudicación efectuada para las obras de la variante, que convertirán al municipio de la montaña leonesa en un nudo vital de comunicación vía ferrocarril hacia Asturias. El dibujo diseñado por el Ministerio de Fomento establece que el enclave roblano será el principal nudo de operaciones del trazado, ya que los centros de comunicación y mantenimiento del Punto de Adelantamiento y Estacionamiento de Trenes (Paet) se construirán en la cercana pedanía de Llanos de Alba, donde ocupará alrededor de 10.000 metros cuadrados de terreno según los dictados del anteproyecto presentado. Sin embargo, el análisis de las posibilidades que abre el tren de alta velocidad para la comarca trasciende el mero plano de situación. Más que un fin es un medio con el que garantizar un futuro económico apoyado en la infraestructura, la mayor obra pública que se acometerá en los 10 próximos años en toda Europa. «Es un excelente momento para que los municipios del entorno aprovechen no sólo el tiempo de las obras sino también la coyuntura creada para dar nuevas expectativas a la comarca», resume el alcalde de La Robla, José Luis García Fernández, quien centra el objetivo principal que debe perseguirse en crear un fuerte «tejido industrial con la llegada de nuevas empresas». Por el momento, lo que se puede palpar es el progreso mecánico. La macrotuneladora ya ha avanzado más de 2.000 metros desde que abrió la primera grieta en la montaña leonesa -pese al pinchazo en una balsa de agua que obligó a la máquina a parar-, mientras que en la vertiente asturiana todavía se encuentran en la fase de colocación y no han horadado ni un solo metro. Dentro de este plano material, también es destacable la mejora que aportará al municipio de La Robla el desarrollo de una carretera de circunvalación a la altura del paraje de La Debesa, que desviará el tráfico de alrededor de 1.000 camiones diarios de la tradicional ruta que atraviesa el caso urbano del municipio roblano. Por todas estas razones, los octavos túneles más largos del mundo reducirán su recorrido por la Cordillera Cantábrica en 34 kilómetros, un 40% de su longitud actual, y supondrán una disminución sustancial de los tiempos de viaje actuales. Llegar a Gijón sobrepasará levemente la hora de duración, mientras que alcanzar la capital de España por la vía férrea será cosa de una hora y cuarenta minutos. Pero lo importante, debería quedarse en el camino; quedarse en la comarca del alto Bernesga; ser el tren del futuro.