Actuaron de forma cruenta, sin motivos para el ensañamiento y lo hicieron para divertirse
Los jóvenes que quemaron a la mendiga dicen llorando que «se les fue la mano»
La policía asegura que los chicos son «de clase media, gente normal» sin problemas
Los tres jóvenes detenidos por propinar una paliza y quemar viva a una indigente confesaron entre lágrimas a la policía que «se les fue la mano» y que no pretendían causar tanto daño cuando la madrugada del pasado viernes cometieron el crimen mientras estaban de fiesta. En rueda de prensa, el intendente de los Mossos d'Esquadra en Barcelona, Joan Miquel Capell, explicó ayer que los tres jóvenes se echaron a llorar cuando los detenían y reconocieron los hechos ante los agentes, aunque aseguraron que «se les había ido la mano» y que «no querían hacer tanto daño como hicieron». Según el intendente, las familias de los tres jóvenes, uno de ellos menor, son «de clase media, gente normal», por lo que han sido «los primeros sorprendidos» al enterarse del crimen de que se acusa a sus hijos. Capell señaló que los detenidos actuaron «de forma cruenta, sin que exista ninguna explicación razonable» a su ensañamiento y que, en cualquier caso, empezaron a hostigar a la mendiga «para divertirse, para molestar» en una noche en que habían quedado para salir de fiesta. «Su actitud me parece inexplicable, incomprensible», comentó el intendente de los Mossos, tras aclarar que los jóvenes eligieron a su víctima al azar, «porque la vieron, porque pasaban por allí». Los Mossos d'Esquadra averiguaron que la noche del crimen los tres jóvenes habían salido de fiesta y se dirigieron a distintos locales de ocio, aunque «a unos les dejaron entrar y a otros no», señaló Joan Miquel Capell. La policía está investigando todavía qué hicieron los presuntos asesinos entre la una de la madrugada del jueves, cuando entraron por primera vez en el cajero automático para golpear e insultar a la mujer, y las cuatro de la madrugada, cuando regresaron para, presuntamente, prenderle fuego. Uno de los tres detenidos cuenta con un antecedente por un delito contra la propiedad, aunque ninguno de ellos había estado implicado anteriormente en un acto tan violento, apuntó el intendente de los Mossos d'Esquadra. Los agentes están investigando si los detenidos habían estado hostigando antes a otros mendigos de la zona, aunque «parece que no», según Capell, quien aseguró que desde el 1 de noviembre pasado, cuando los Mossos d'Esquadra se desplegaron en Barcelona, no ha ocurrido ningún crimen de esas características. El intendente descartó que los detenidos pertenezcan a alguna banda juvenil organizada porque, entre otras cosas, «actualmente no existe ninguna delincuencia juvenil en Cataluña que se dedique a quemar personas». El infierno, grabado La policía autonómica mantiene abierta la investigación y sigue interrogando a los vecinos y comerciantes de la zona para recabar cualquier dato que permita aclarar las circunstancias del crimen. Las cámaras de la entidad bancaria registraron los detalles de lo ocurrido. El drama comenzó a las diez de la noche en el interior de un cajero automático de La Caixa situado en el número 28 de la calle de Guillem Tell, en el distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi. A esa hora, una mendiga «con cara de frío» entró a resguardarse en el habitáculo. A la 1.30 entraron dos de los jóvenes, que no hicieron amago de sacar dinero sino que empezaron a insultar a la mujer. «Estuvieron entrando y saliendo unos 10 minutos, simplemente incordiando y mofándose de la mujer», explicó ayer un portavoz policial. En una de esas entradas y salidas de la sucursal se produjo un forcejeo, con la mujer en el interior de la entidad y los dos jóvenes en el exterior, hasta que la indigente logró colocar el pestillo de seguridad. Los agresores se marcharon. Pero a las 4.30 volvieron. En concreto volvió otro chico, el de 17, que no había tomado parte al parecer en la trifulca anterior. Llamó a la puerta y la mendiga abrió. Entonces aparecieron los otros dos. Juntos siguieron insultándola y agrediéndola hasta dejarla inconsciente. De repente aparece en la imagen un bidón de plástico con líquido inflamable. Los jóvenes rociaron a la mujer con él, y se marcharon tras arrojarla un cigarrillo encendido. «Aquello se convirtió en un infierno», relató el portavoz policial. «Es tan dantesca la escena que en un momento dado quedan anuladas las cámaras», añadió. Maria Rosario, que así se llamaba la víctima, sufrió heridas de segundo y tercer grado en el 65% de su cuerpo y fue trasladada de urgencias al hospital del Vall d'Hebron, donde falleció a las nueve de la mañana del sábado. La mujer presentaba también diversas heridas por los golpes propinados por sus agresores.