Diario de León

| Análisis | Crónica de una muerte anunciada |

El invernadero de goma

El propietario de los neumáticos de Castrillo logró que la Junta confiara en su plan para plantar lechugas en las ruedas. Nunca lo llevó a cabo y, tras cinco denuncias, fue declarado insolvente

Publicado por
Pilar Infiesta - león
León

Creado:

Actualizado:

Seis años de denuncias, de quejas vecinales y de levantar la voz contra el polvorín de Castrillo de la Ribera se han convertido en cenizas, al igual que el medio millón de ruedas que se acumulaban en las dos fincas Castrillo de la Ribera. «La crónica de una muerte anunciada», como ha bautizado el suceso el alcalde de Villaturiel, Valentín Martínez, comenzó a escribirse en mayo del 2000. En esa fecha, el empresario presentó un curioso proyecto de agricultura ecológica para reutilizar las ruedas como invernaderos de lechugas. «Una idea con la que -según el alcalde-, logró meter un gol a la Administración para traer miles de neumáticos y abandonarlos sin control». El caso es que las hortalizas nunca llegaron a florecer y las fincas de Castrillo se llenaron de caucho. Ni las manifestaciones, ni las denuncias del Seprona, de la Seguridad Social y de la Consejería de Medio Ambiente lograron que las ruedas desaparecieran. Es más, los precintos fueron rotos en varias ocasiones para descargar más neumáticos aprovechando, normalmente, la noche, según informaron, en su momento, determinadas fuentes. Nuevos vientos en primavera Por eso, la Junta se convirtió en responsable civil subsidiaria. Martínez, que llegó a ser denunciado por el propietario, ha perseguido durante estos años una solución, pero el Gobierno autonómico le ha ido dando largas, curiosamente, hasta la pasada primavera, en que le exigieron el 25% del coste de reciclado. Con 1.500 habitantes y un presupuesto de un millón de euros, sufragar 85.000 euros suponía «no poder casi abonar el capítulo 1 de personal o dejar de realizar obras en el 2006», confiesa. No obstante, la urgencia por eliminar ese foco de riesgo llevó al Ayuntamiento ha replantearse su posición y a aceptar pagar esa cuota a cambio de infraestructuras. Sin embargo, la agenda se ha interpuesto en la recta de la solución final. Llamadas sin éxito El delegado territorial, Eduardo Fernández, y el alcalde de Villaturiel no han podido sentarse a la misma mesa en los dos últimos meses. Martínez asegura que llamó sin éxito al delegado hasta en diez ocasiones para concertar la cita. Al final, las llamas han resuelto de la manera más irónica y drástica la problemática de Castrillo, dejando en evidencia la falta de reflejos de la Administración y la escasa voluntad política hacia un municipio pequeño.

tracking