Casi la mitad de los ciudadanos opina que la Justicia española funciona mal

La imagen de la Justicia ha mejorado levemente desde que hace 25 años se creara el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Sin embargo, todavía casi la mitad de los españoles (el 44 por ciento) cree que los tribunales funcionan mal o muy mal. Esta es la principal conclusión del estudio La Justicia ante el Espejo , realizado por los técnicos del CGPJ, y que bucea en los cinco lustros de historia de la Justicia democrática que ahora se conmemoran. Según el informe presentado ayer, en 2005 sólo uno de cada cuatro ciudadanos considera que la Administración de Justicia funciona bien o muy bien. Pese a que el dato parece poco optimista es la mejor valoración que han tenidos los jueces y fiscales desde 1987. Sin despegue Aún así, la Justicia no despega. Es una de las instituciones peor valoradas, sólo por encima de los sindicatos, la televisión, los políticos, los partidos, la policía y la Iglesia. Desde hace 20 años en los sondeos los tribunales no han aprobado ni una sola vez. Este año su nota se sitúa en un 4,5. Es la mejor calificación desde 1990. Buena muestra de la poca confianza que los ciudadanos tienen en la Administración de Justicia es otro dato de esta macroencuesta: el 75 por ciento de los españoles prefiere no pisar un juzgado aunque tenga un contencioso y aún a riesgo de sufrir un perjuicio por no recurrir a la Justicia. Este porcentaje ha empeorado de forma preocupante en los últimos años: en 1978 -primeros datos disponibles--sólo el 54 por ciento de los encuestados prefería no pedir ayuda a la Justicia pese a tener un problema legal. Este porcentaje contrasta con la buena valoración que el público tiene sobre los jueces, que no sobre el funcionamiento burocrático de los juzgados. El 54 por ciento de los españoles sostiene que los jueces y magistrados son «competentes, profesionales, están bien preparados y son la garantía de la defensa de los derechos y la democracia». También la mayoría (ocho de cada diez) dicen haberse sentido bien tratados en los juzgados. En la parte positiva destaca que los ciudadanos puntúan con una nota de 8,5 la independencia de los profesionales de la Justicia con respecto a los poderes públicos.