Austria capitanea el semestre
El año nuevo empieza en las instituciones comunitarias con un sentimiento de alivio e incluso de cierto optimismo tras el acuerdo de mínimos sobre las perspectivas financieras, que evita un agravamiento de la crisis y supone una tregua en el enfrentamiento entre Reino Unido y Francia a cuenta de la eliminación del cheque británico y de la política agrícola común. Otra razón para el optimismo es la irrupción en la escena europea de la canciller alemana, Angela Merkel, que aparece como más europeísta que su antecesor, Gerhard Schröder, y que fue la auténtica hacedora del presupuesto de la UE. Austria asume la presidencia durante el primer semestre, seis años después de sufrir la condena generalizada de sus socios europeos por el pacto en el año 2000 entre el actual canciller, Wolfgang Schuessel, y el partido de extrema derecha de Joerg Haider. La prioridad para Viena será alcanzar con la Eurocámara antes de marzo un acuerdo definitivo sobre el presupuesto, ya que éste requiere el respaldo de las tres instituciones (Consejo, Comisión y Parlamento). La negociación se prevé dura porque los eurodiputados exigen aumentos sobre el techo del 1,045% del PIB pactado por los Veinticinco, especialmente para las políticas de educación, cultura o justicia e interior, pese a que el primer ministro británico, Tony Blair, ha señalado que el margen de negociación es «muy, muy limitado». En las anteriores perspectivas, la Eurocámara consiguió arrancar a los Veinticinco unos 1.500 millones adicionales. Por lo que se refiere a la Constitución Europea, a Austria le corresponde extraer las conclusiones del proceso de reflexión lanzado por los Veinticinco en junio de 2005 tras el triunfo del no en el referéndum de Francia y Países Bajos, y establecer una hoja de ruta sobre los pasos a seguir. A ello se dedicará la cumbre de junio. Una conferencia en Salzburgo los días 26 y 28 de enero reflexionará sobre estas y otras cuestiones, como las fronteras de la UE o la posibilidad de crear un impuesto europeo que acabe con las disputas presupuestarias.