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Los tentáculos ocultos del placer de fumar

Los fumadores aseguran que necesitan tiempo para asimilar una ley que consideran dictatorial e injusta

Publicado por
Patricia Rovirosa - león
León

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Fumar siempre ha sido considerado un placer, un signo de heroicidad representado miles de veces en la gran pantalla... Para los adictos a la nicotina, el cigarrillo está vinculado a una agradable comida, sin prisas, al compañero inseparable del «café, copa y puro''. Estas razones, entre otras, han generado la crispación en los miles de fumadores que se niegan a no poder saborear un pitillo en los bares, restaurantes o salas de fiesta. Los jóvenes son el colectivo que más se revela contra la ley antitabaco porque la consideran dictatorial, «una imposición fuera de lugar en los tiempos que corren». Seguidores y detractores han iniciado una lucha encarnizada, conversaciones en la calle y en las cafeterías. En las estaciones y en el médico. En el trabajo y en las tiendas. Para todos los gustos «Ya era hora», «Si veo alguien fumando en una zona prohibida, no dudaré en denunciarlo» o «vámonos de aquí porque no dejan fumar». Tolerancia 0 para los fumadores, que se consideran «apestados» y reivindican más solidaridad por parte de la población no fumadora. «¡Qué bien, entra en este bar, que prohibe fumar!», decía ayer una mujer a su marido cargada de niños... Está claro que lo que para unos es «terrible» para otros es un «respiro». Nadie quiere que sus hijos respiren humo, los derechos de unos y otros saltan a la palestra. La cultura del siglo xx puso de moda y ahora da la espalda a un hábito social que se remonta a miles de años en la historia de la humanidad. Es una tarea difícil y todavía no se puede cantar victoria. Según los hosteleros hay que dejar pasar una temporada para valorar la situación. «No podemos tirar piedras contra nuestro propio tejado», lamentaba el dueño de otro bar del Húmedo. El mundo de la noche no se ha resentido aún de los efectos de la ley. La última campanada marcó el inicio de una nueva etapa en la sociedad, pero nada cambió en la ciudad para los miles de fumadores que disfrutaron como cada año de la noche más «divertida por obligación» del año. Todos los pubs y discotecas a tope de humo, quedan 8 meses para que ésto cambie o ¿no?. «Me parece bien que cada uno haga lo que quiera, ellos verán», comenta la dueña del Jefatura. Ayer fue uno de esos días que quedan en el recuerdo durante años para los adictos al cigarrillo. No es fácil desvincular el hábito de fumar con determinadas actividades, de hecho cuando el fumador sabe que no puede fumar la ansiedad hace mella inmediatamente en su interior. El tabaco tiene tres tentáculos con los que tomarnos por asalto: un efecto estimulante, un efecto calmante y un placer por sí mismo. La libertad de los fumadores y los no fumadores deja abierta la caja de Pandora. «Si hace falta pongo un tabique hasta tener 100 metros, pero en mi bar se fuma» «Si prohiben fumar en los bares que hagan ilegal el tabaco» «Si veo a alguien fumando en una zona prohibida, no dudaré en denunciarlo» «Es una ley de plástico, el Gobierno sigue ganando dinero, sólo pierden los hosteleros» «El Gobierno debería preocuparse de otros temas más importantes, esta ley no tiene sentido» «Los fumadores hablan de tolerancia y yo no quiero respirar su humo» «Imponer una ley de estas características es una barbaridad y un abuso de poder» «Por favor, un poco de tolerancia, esto es una dictadura» «Parecemos unos apestados»

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