Dos testigos y una sola causa Hongo de humo hacia Molinaseca Retén de bomberos durante la noche

El centenar de personas que se congregaron a la salida de Ponferrada por la carretera de Molinaseca se hacían la misma pregunta: ¿Cómo pudo pasar esto? y ¿cuál era el origen y motivo del incendio?. En los corrillos todo eran hipótesis, pero en este caso hay dos testigos que vieron cómo comenzaba todo. Del interior de la empresa Lavandería Industrial salía David (prefirió no dar su apellido), -uno de los trabajadores-, y vio cómo un señor que pasaba por la zona en una bicicleta intentaba llamar por teléfono a los bomberos. Los dos vieron cómo en la parte trasera del concesionario de coches Ponfecar estaban ardiendo, en el exterior, unas ruedas. «Había cuatro o cinco ruedas y un par de bidones como de aceite, una cosa así; y el fuego comenzó a meterse por las chapas de la nave, y como llevan un aislante por dentro, empezó a arder todo; pero el fuego comenzó en la calle a las diez y media», explicó David en el lugar del suceso. Cuenta que en un primer momento hubo bastante nerviosismo. El hombre de la bicicleta era incapaz de encontrar el teléfono de los bomberos, pero cuando David lo consiguió y les dijo a los agentes que había mucho peligro, ya que contaba con un depósito de gasoil en el interior de la lavandería, con capacidad para 12.000 litros de gasoil, al momento se personaron en el lugar los que finalmente apagaron el fuego. David también se mostraba convencido de que el suceso no fue a mayores por el hecho de que en la lavandería se trabaja todos los días, ya que, de lo contrario, debido a ser un día festivo, se hubiera dado aviso más tarde a los bomberos y podía haber ardido el polígono entero. «Nos ha salvado que trabajamos también los festivos y en el momento del suceso estábamos tres de la empresa», resaltó. Otra de las cuestiones que tardarán en conocerse será el coste de las pérdidas del siniestro. Ayer, la mayoría de los empresarios afectados consultados eran remisos a pronunciarse. «Estoy muy nervioso en este momento y no puedo hablar», decía uno de ellos, visiblemente emocionado por ver cómo su negocio se había esfumado en unos minutos. Al lugar del suceso se trasladaron también peritos de compañías de seguros, pero nadie quería hablar y, obviamente, resaltaban que era pronto para hacer una valoración, puesto que los rescoldos estaban vivos entrada la noche. Los bomberos permanecieron activos toda la tarde hasta las ocho, y echaron cientos de litros de agua y espuma para frenar el avance de las llamas. Al lugar se trasladaron también los propietarios y personal de las empresas no afectadas por el incendio, situadas en el mismo polígono de La Barca. Todos permanecieron atentos por si tenían que evacuar material, aunque finalmente no fue necesario debido a la intervención de los bomberos. Desde Ponferrada, la columna de humo era fácilmente visible. El hongo, por efecto del viento del Oeste, tomó dirección Molinaseca y también hacia las viviendas unifamiliares de la urbanización Patricia. La leve lluvia y la acumulación de nubes en el momento del suceso hizo que todo quedase más difuminado. Para evitar males mayores, un retén de los bomberos permaneció durante la noche en las inmediaciones del polígono. El fuego quedaba controlado tres horas después de iniciarse, pero debido a la dificultad para extinguirlo por completo, dado que no paraba de salir humo de entre las chapas de la techumbre, las labores de extinción se prolongaron durante todo el resto de la jornada y bien entrada la noche. El alcalde dijo que las medidas y medios materiales para sofocar este siniestro fueron las adecuadas. Sin embargo, entre los industriales que había presenciando al comienzo el incendio, lo consideraban insuficiente, aunque admitían que ellos no eran técnicos.