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Indignación en todos los partidos menos en el PP Defensa condecorará a los militares que Aznar envió a la guerra de Irak

Tachan de «inaceptable» la advertencia del militar y piden al Ejército que no se meta en política. El partido de Rajoy se aísla de la tónica general y se limita a culpar a Zapatero

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César Calvar - agencias | madrid madrid
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El discurso del teniente general José Mena Aguado provocó un auténtico aluvión de reacciones políticas. La mayor parte de las formaciones mostraron su indignación por lo que consideran una injerencia de un mando castrense en cuestiones políticas y algunas, como Izquierda Unida, reclamaron el cese inmediato de militar. El Partido Popular, sin embargo, eludió analizar el contenido de sus palabras y se limitó a responsabilizar al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, del clima de tensión que a su juicio vive el país. El secretario de comunicación de la formación, Gabriel Elorriaga, afirmó así que advertencia del jefe de la Fuerza Terrestre es el reflejo de la «situación que estamos viviendo». 1397124194 El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, fue menos ambiguo aunque quiso dejar claro que para su coalición lo ocurrido «no empaña» la imagen de unas Fuerzas Armadas que son «democráticas y homologables a las de cualquier otro país europeo». El líder de IU tildó las apelación de Mena Aguado al artículo VIII de la Constitución de «amenaza», pero se mostró convencido de que no es imputable a todos los militares sino que se trata de una intervención realizada a «título personal», que pretende situar al Ejército «donde no está», según su interpretación, «al margen de la Carta Magna». 1397124194 Entre las fuerzas políticas de Cataluña la reacción fue unánime. El portavoz de ERC en el comisión de Defensa del Congreso, Joan Puig, replicó que en democracia «las amenazas no sirven de nada» y apuntó que «en el siglo XXI los militares están para otras cosas». «Es inaceptable -dijo- que aprovechando la Pascua Militar se quiera volver a tiempos pasados». Por su parte, la portavoz de ERC, Marina Llansana, dijo que «en el siglo XXI y en democracia, los militares están para otras cosas» y emplazó a los soldados a «hacer su trabajo y no interferir en el debate político, que es trabajo de los representantes elegidos democráticamente por la ciudadanía». La dirigente de ERC subrayó que «quien interpreta la Constitución es el Tribunal Constitucional y los gobiernos, no el Ejército». Además, remarcó que «todavía no se ha demostrado en ningún sitio que el Estatut no sea constitucional». Llansana criticó al PP el hecho de que «instigue a los militares a interferir en la vida política». «Los populares tienen que saber que en todas las democracias el poder militar se somete al político, otra cosa es que añoren épocas pasadas». El portavoz de CiU en la cámara baja, Josep Antoni Duran Lleida, advirtió de que las manifestaciones del teniente general «no son simplemente desafortunadas» e insistió en que resultan «inaceptables». «Un militar no debe tener un criterio político público», señaló. En cualquier caso, Duran -al igual que Llamazares- se mostró convencido de que se trata de una actuación «aislada» que no comparte el conjunto de las Fuerzas Armadas. Y expresó su confianza en que tendrá «la sanción correspondiente». El vicepresidente de Iniciativa per Catalunya, Jaume Bosch, fue más allá y reclamó al ministro de Defensa que «ejerza sus funciones y abra expediente disciplinario»al alto mando militar. «Con sus declaraciones -dijo- demuestra que no conoce la Constitución o, lo que sería peor, que hace una interpretación antidemocrática». El secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE, Alfonso Perales, censuró en un comunicado «la actitud irresponsable del Partido Popular» por el «uso partidista» del mensaje lanzado por el teniente general José Mena Aguado sobre el Estatuto de Cataluña. «Nunca podríamos imaginar que un partido como el PP, que pretende ser alternativa de gobierno, utilizase de forma tan vergonzosa y lamentable unas declaraciones de este tipo», destaca Perales. En su opinión, «el clima de crispación en el que se haya inmerso el partido de Mariano Rajoy no tiene límite» y cree que «la ola de injurias e insultos lanzadas desde Génova no parecen tener fin». «La irresponsabilidad de los populares alcanza unos límites que, o bien no se han leído la Constitución, o tal vez, nos encontramos ante un comportamiento que no me atrevo a calificar», recalca. Por último, este dirigente socialista advierte al líder del PP que «con esta actitud tan irresponsable, se descalifica de manera definitiva como alternativa para gobernar este país». El portavoz del Grupo Parlamentario del PNV en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka, dejo que «son unas declaraciones de una gravedad extrema, comprensibles en países como Guinea, pero absolutamente inconcebibles en países con una auténtica democracia». Erkoreka mostró su incomprensión a que «en pleno siglo XXI haya militares en España que sean capaces de pronunciar estos discursos» y añadió que ello se explica porque «en el estamento militar español no se ha dado el reciclaje democrático imprescindible». El secretario general del Partido Andalucista (PA), Julián lvarez, recomendó al general jefe de la Fuerza Terrestre, José Mena Aguado, «leerse la Constitución completa», ya que, afirmó el político, «así aprendería que la soberanía reside en el pueblo y no en el Ejército» «Los soldados no eligieron acudir o no pero obedecieron y soportaron fuego hostil en una zona tan poco pacífica» JOSÉ BONO Ministro de Defensa ?l Ministerio de Defensa impondrá condecoraciones con distintivo rojo -color que distingue a los militares protagonistas de actos heroicos, heridos o fallecidos durante en actos de guerra- a una docena de soldados y oficiales que prestaron servicio en la Brigada Plus Ultra que José María Aznar envió a Irak en el 2003 para apoyar la invasión del país. El Ejecutivo ya había reconocido sus méritos a una veintena de soldados y a varios generales, pero siempre con condecoraciones con distintivo blanco, que premian los servicios prestados en misiones de paz. Eso había causado frustración en el estamento militar, que no veía reconocida la entrega de esos militares en su justa medida. Para deshacer un agravio parecido, el Gobierno de Rodríguez Zapatero ya concedió en el 2004 sendas cruces rojas póstumas a los siete agentes del CNI que fueron asesinados a las afueras de Bagdad. La cúpula castrense acogió con satisfacción este cambio de criterio de Defensa, que el ministro José Bono dio a conocer en su discurso con motivo de la Pascua Militar. Fuentes del alto mando castrense afirmaron que la decisión es «justa» pues reconoce la entrega de quienes arriesgaron su vida en combate. Entre los doce beneficiarios hay soldados y oficiales que demostraron especial «arrojo y valentía» al enfrentarse a los ataques y emboscadas de que fueron objeto por parte de insurgentes iraquíes, sobre todo durante los días en que se llevó a cabo la retirada de las tropas. Todos «arriesgaron su vida para salvar a sus compañeros o a enemigos heridos, con respeto hacia el adversario y a las normas de la guerra».

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