«Podemos aportar experiencia»
La evaluación y valoración de lo que es una persona dependiente es uno de los aspectos que más preocupa en el sector social, que viene cubriendo gran parte de los déficits públicos en la atención a las personas que precisan cuidados desde los años 60 con la creación de entidades como Asprona y más intensamente desde los años 90 cuando las familias de diferentes clases de enfermos han descubierto en las asociaciones la fórmula cooperativa para atender a sus dependientes. AFA, Asociación de Familiares de Alzhéimer de León, es uno de estos colectivos. Su presidente, que también lo es de la organización de Castilla y León, Benedicto García, subraya que las asociaciones desean participar en las comisiones de evaluación. «Creo que podemos aportar mucho con nuestra experiencia», señala tras subrayar que posiblemente el «75% de las medidas que se proponen en la ley ya las estamos desarrollando como asociación». Reconoce que la creación de un nuevo derecho es un paso muy importante, aunque cree que hay que matizar que no es totalmente equiparable a la salud y la educación puesto que estas dos atenciones son gratuítas para los ciudadanos españoles. El centro de día de la asociación cuesta una media de 300 euros con transporte y comida. Las asociaciones de alzhéimer, recuerda García, son pioneras en ayuda a domicilio especializada y programas de atención al cuidador, porque «atendiendo al cuidador -precisa- atendemos al enfermo». Para su colectivo lo más urgente en León es la construcción de un centro residencial de respiro, en la parcela de José Aguado cedida por el Ayuntamiento. Lamenta que el dinero presupuestado en el 2005 por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales se haya tenido que destinar a otras inversiones por la «falta de compromiso de la Junta» que es la que tiene que promover el proyecto ante la administración Central. «Este centro se podría convertir en un proyecto piloto de la ley de la dependencia», añade. Benedicto García valora muy positivamente la previsión de que el cuidador familiar reciba ayudas con alta en la Seguridad Social, pues si una persona tiene que dejar de trabajar también perderá sus cotizaciones para la pensión futura. «La ley de la Dependencia tiene que garantizar la subsistencia de las oenegés que trabajamos con estas personas», asegura el presidente de AFA