El Consejo de Ministros aprobará el viernes la destitución del número dos del Ejército de Tierra
Bono?ordena?arrestar?al?general?Mena por violar la «neutralidad política» Sólo fue una «reflexión propia»
Es la primera vez en democracia que un Gobierno impone un castigo disciplinario
El ministro de Defensa, José Bono, ordenó ayer «como primera medida» el arresto domiciliario por ocho días del teniente general José Mena Aguado, jefe de la Fuerza Terrestre, que el viernes defendió la intervención del Ejército si alguna reforma estatutaria sobrepasa los límites de la Constitución. Mena, sancionado por haber violado su deber de «neutralidad política», permanecerá en su casa y sin mando hasta que el próximo viernes el propio Bono proponga al Consejo de Ministros la destitución del general por «la pérdida de confianza». Se trata de la primera ocasión en la historia de la reciente democracia española que el Ejecutivo impone una sanción disciplinaria a un alto mando de las Fuerzas Armadas, aunque en este caso Defensa ha considerado que las palabras de Mena han sido sólo una «falta leve». El gabinete de Bono, en una escueta nota, señaló que el arresto de Mena se produce en aplicación del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas de 1998. Fuentes de Defensa precisaron que el mando militar ha sido sancionado en virtud del apartado 31 del artículo 7 de este texto que establece como «falta leve» el hecho de «expresar públicamente opiniones que supongan infracción del deber de neutralidad en relación con las diversas opciones políticas o sindicales o que afecten al debido respeto a decisiones de los tribunales de justicia». José Bono, según el artículo 10 del régimen disciplinario militar, podía haber sancionado al general por esta misma falta hasta con un mes de arresto. La imposición del castigo disciplinario provocó sorpresa entre los mandos militares que esperaban simplemente que Mena fuera apartado de su cargo. Sin embargo, el teniente general podía haber sido sancionado de forma mucho más contundente si el Ministerio de Defensa hubiera considerado que el militar en su discurso manifestó opiniones «gravemente contrarias a la Constitución» a través de «expresiones o actos de trascendencia pública». En este supuesto de «sanción extraordinaria», el jefe de la Fuerza Terrestre podía haber sido castigado con la pérdida de puestos en el escalafón, la suspensión de empleo o, incluso, la separación del servicio (expulsión efectiva de las Fuerzas Armadas). El todavía general en activo llegó al filo de las 10:00 horas de la mañana a la sede del Ministerio de Defensa, en el Paseo de la Castellana de Madrid, a donde había sido convocado de urgencia horas después de su discurso de Pascua en Sevilla. Mena Aguado fue directamente al despacho de José Bono, donde también le aguardaba el máximo responsable militar de las Fuerzas Armadas, el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Félix Sanz Roldán. Una tensa y breve reunión Fue el Jemad el encargado de notificar en persona a José Mena Aguado su arresto y su inminente destitución. Fue, según fuentes militares, una «tensa» reunión que apenas duró quince minutos, aunque Bono, Sanz y Mena no abandonaron por separado el ministerio hasta pasadas las 13,40 horas. El Jemad, que ya el viernes pidió a José Bono el cese fulminante del general, argumentó la decisión de apartarle del mando del Ejército de Tierra por la «perdida de confianza», mientras que le recordó que había violado su obligación de «neutralidad» y que además sus palabras habían provocado «alarma social». Todo ello, después de haber oído el informe de la asesoría jurídica del Ministerio de Defensa que recomendaba una sanción disciplinaria. Mena era, hasta ayer, por escalafón el segundo jefe del Ejército de Tierra. El general Mena alegó que sólo había invocado un artículo de la Constitución y que sus palabras, en modo alguno, pretendían representar el sentir de las Fuerzas Armadas sino que eran una reflexión propia, compartida por algunos de sus subordinados. En cualquier caso, admitió sentirse sorprendido, ya que nunca pensó que su discurso fuera a tener tanta trascendencia pública. El Jemad insistió a su subordinado en que el arresto era una «medida preventiva», a la espera de que el Consejo de Ministros apruebe su cese inmediato como jefe de la Fuerza Terrestre. Mena, de 63 años, pasará de forma automática a la reserva, dos meses antes de lo previsto y tras 45 años de servicio.