Diario de León

En seis meses se ha detenido a medio centenar de reclutadores, la misma cifra que en toda la UE

España se convierte en cantera de mártires para ser enviados a Irak

La cercanía al Magreb y la fuerte presencia de radicales sirios facilitan el nacimiento de estos grupos

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Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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«España se encuentra en el centro de las redes de Al Qaida para captar yihadistas dispuestos a morir en Irak». Las cifras avalan esta frase pronunciada por uno de los máximos responsables de las fuerzas de Seguridad esta semana. Sólo en el último año, la Policía ha desmantelado cuatro grupos dedicados al reclutamiento de mártires cuyo futuro era a perpetrar atentados suicidas contra las fuerzas ocupantes de Irak. Más de medio centenar de supuestos captadores han sido detenidos desde que en junio de 2005 comenzaran las redadas contra estas estructuras, con las operaciones conocidas como Tigris , Sello , La Unión , Chacal , Camaleón y Génesis . El número de reclutadores arrestados en España es casi igual al de captadores arrestados en el resto de la Unión Europea (UE) en idéntico periodo. Lo que los servicios de Información no se atreven a precisar cuántos inmigrantes musulmanes residentes en España han dado el salto y se han enrolado en la organización terrorista que dirige el enemigo público número dos de Estados Unidos, Abu Musab Al Zarqawi. Se habla de decenas. La Policía y la Guardia Civil disponen de las identidades de casi un centenar de jóvenes radicales residentes en Cataluña, Madrid, Andalucía y Levante que hace meses han desaparecido de sus hogares y se sospecha que han viajado a Irak. El perfil del yihadista es siempre parecido: un joven varón entre 20 y 35 años, de origen magrebí, de cultura escasa o media, con ciertos recursos económicos y asiduo a los centros de oración más radicales. Dos razones básicas Mandos de la lucha antiterrorista explicaron que tan alto porcentaje de aspirantes a suicidas, residentes en España y dispuestos a viajar a Irak, no tiene sólo que ver por la proximidad geográfica a los países del Magreb, de donde proceden la mayoría de los extranjeros detectados en el Golfo Pérsico. Para los analistas del movimiento yihadista, son dos los aspectos «básicos» para entender la proliferación de mártires. El primero es la presión policial tras el 11-M, que impide la creación de células dispuestas a «actuar con violencia» en España. «Los futuros terroristas prefieren hacer la guerra santa en otros lugares, donde no haya tanto riesgo de ser detenidos antes de entrar en acción», señalan mandos de la lucha contra Al Qaida. El segundo factor, según estas mismas fuentes, es la presencia desde hace años de una fuerte colonia de radicales sirios en España -la llamada conexión Alepo, que toma su nombre de esa ciudad siria-, que conocen muy bien Oriente Próximo y la forma de entrar a Irak de forma clandestina. Los especialistas sostienen que son ciudadanos de esta nacionalidad los que controlan la mayoría de las redes de captación en salas de oración, mezquitas y reuniones en domicilios privados. De hecho, todas las rutas detectadas para el envío de muyahidines desde España han utilizado Siria como punto de entrada a territorio iraquí. Siempre la misma rutina Según los documentos incautados en las operaciones de los últimos meses, es también en Siria donde Al Qaeda se hace cargo de los recién llegados. La ruta es siempre parecida: desde España a Turquía, en avión, y desde Estambul a Siria por tierra, sin desvíos o a través de Jordania. A través de Siria llegaron Mohamed Afalah, Mohamed Belhadj y Daouh Ouhnane, tres autores materiales del 11-M que huyeron tras la explosión de Leganés que acabó con el grueso del comando. De Madrid se desplazaron a Barcelona y desde allí, tras ocultarse en Bélgica, tomaron el camino de Damasco, para terminar integrados en Ansar Al Islam, la organización terrorista que forma la espina dorsal de la insurgencia iraquí, en la que se han encuadrado la inmensa mayoría de los muyahidines reclutados en España. También pasó por la capital siria el argelino Bellil Belgacem, uno de los dos kamikazes que, en 2003, perpetraron el atentado contra la base italiana Animal House de Nasiriya, en el que murieron 19 italianos y nueve iraquíes. Belgacem vivió poco antes de la masacre en Barcelona y se hizo mártir gracias a las células de captación desmanteladas esta semana.

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