«No te puedes imaginar lo que exigen para darte 200 euros»

La familia de V. atraviesa por una situación difícil. La abuela sufrió un ictus cerebral hace cuatro meses y desde entonces precisa ayuda las 24 horas del día. Los hijos trabajan y tienen sus propias familias, pero intentan que la madre pueda seguir viviendo en su propia casa -las tres familias viven cerca- y decidieron contratar a una persona para que se ocupara de la madre durante sus ausencias. La nueva situación familiar se hace aún más cuesta arriba porque todo ocurrió de repente. La madre era una persona activa que incluso ayudaba a sus vecinos en lo que podía y de repente se ve privada de su movilidad y casi de su capacidad para expresarse. Encontrar a una persona para que viva en casa -una interna- se convierte en una dura batalla. Cuando, por fin, con ayuda de compañeros de trabajo da con una mujer, una inmigrante, «nos deja en cuanto tiene los papeles resueltos». Ahora prueban con otra persona, también de nacionalidad extranjera, y tienen que empezar de cero. La familia de V. es una de las beneficiarias de las escasas ayudas que se han concedido en León para apoyar a los cuidadores con gran dependencia. «Es una ayuda, pero esta situación es muy difícil y no te puedes imaginar los requisitos que exigen para darte poco más de doscientos euros al mes», afirma la hija. Es menos de una tercera parte de lo que pagarán a la persona interna en casa. La familia valora positivamente el asesoramiento de Cruz Roja a la hora de hacer el contrato a la persona que han empleado.