Mata de dos puñaladas a su compañera y luego se ahorca

Un hombre de 38 años, F. F. C., mató ayer de dos puñaladas a su compañera sentimental, M. E. R. F., de 33 años, en el domicilio en el que él trabajaba. Posteriormente, el asesino se ahorcó con el cordón de una cortina. El suceso tuvo lugar a primera hora de la mañana de ayer en el número 130 de la calle Castillo de Malpica, en la Urbanización de Villafranca del Castillo, situada en la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada. La pareja, ambos de nacionalidad boliviana y que habían llegado a Madrid el pasado mes de octubre, se encontraba separada y tenía tres hijos que residían en su país. Aunque, al parecer, las relaciones ente ambos no pasaban por buen momento, la mujer acudió el domingo por la noche a la casa donde él trabajaba de chófer en pruebas. No se sabe si discutieron o si el hombre atacó directamente a la mujer, pues el matrimonio propietario del lujoso chalet se encontraba en la vivienda en el momento del suceso y no escuchó nada sospechoso. Hacia las once de la mañana, la hija de los dueños halló los cuerpos. Ella yacía ensangrentada sobre una cama con dos puñaladas mortales, mientras que el apareció ahorcado en la misma habitación. Junto a los dos cadáveres, los policías encontraron una carta escrita por el agresor, de la que se desprende que el origen del suceso pudo deberse a los malos tratos. Certificar la muerte Seguidamente, los propietarios de la vivienda avisaron a los servicios de seguridad de la urbanización, quienes llamaron a la Policía Local. Tras comprobar que ambos estaban muertos, comunicaron lo sucedido a la Guardia Civil y al juez. Los sanitarios que se desplazaron a la vivienda sólo pudieron certificar la muerte de la pareja. El forense indicó que debían llevar cino horas muertos. El alcalde de Villanueva de la Cañada, Luis Partida, aseguró que no existían indicios ni denuncias que hicieran sospechar que se producían actuaciones violentas en la pareja, a pesar de que, según dijo, el ayuntamiento dispone de un servicio de atención a víctimas de vi-lencia de género, a las que se les facilitan medios y recursos cuando tienen problemas de este tipo. Sin embargo, según otras fuentes, la mujer había acudido hace un par de meses a la Policía Municipal con el fin de explicar que quería separarse de su pa-eja. Los agentes la llevaron a la Guardia Civil (que investiga el caso), pero en ninguno de los dos puesto indicó que hubiera sufrido malos tratos. Tan sólo manifestó que quería irse a vivir a la localidad próxima de Las Rozas. Es el primer caso mortal de violencia de género que se produce en la Comunidad de Madrid en lo que va de año -en el pasado 2005 se produjeron cuatro- y el séptimo en todo el territorio español.