Diario de León

| Reportaje | Profesor de planes tácticos |

Un español en West Point

El comandante oscense Martín Gil es el único profesor de habla no inglesa que imparte enseñanzas militares en la prestigiosa academia del Ejército estadounidense

Javier Martín, con sus alumnos, durante una clase

Javier Martín, con sus alumnos, durante una clase

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César Calvar - madrid
León

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La academia neoyorquina de West Point es para los estrategas militares la Meca de su aprendizaje. En sus aulas bicentenarias aprendieron el arte de la guerra generales como Custer, Patton, McArthur o el legendario Eisenhower, que llegó a presidente de Estados Unidos tras triunfar sobre los nazis en la guerra más devastadora que ha conocido el mundo. Con alumnos de esa categoría, no es gratuito que el lema de la escuela rece: «Mucha de la historia que enseñamos, la hizo gente a la que formamos». El comandante Javier Martín Gil, natural de Jaca (Huesca) es, desde julio pasado, el primer militar español que logra un destino de profesor en West Point. Su mérito es doble, pues es el único docente de habla no inglesa en el departamento de Instrucción Militar. Lo habitual es que los extranjeros queden adscritos al departamento de idiomas, pero el español enseña la asignatura Fundamentos de la Táctica Militar , cuyo objetivo es capacitar a los cadetes para concebir y ejecutar planes tácticos. Martín Gil llegó a West Point por un acuerdo bilateral entre España y Estados Unidos, que creó una plaza en la academia para un oficial español. Iba a ser uno más entre los de fuera, pero su currículo, que él define como «eminentemente práctico» convenció a los mandos de la escuela de que debían aprovecharle para algo más que enseñar spanish a los aspirantes a héroe nacional. Le encargaron la instrucción estratégica de cinco secciones de segundo curso, de veinte cadetes cada una. El comandante, además de enseñar, llevará a cabo un estudio comparativo de los sistemas de enseñanza militar español y estadounidense, iniciativa que ha despertado gran interés en las cúpulas militares de ambos países. Un rasgo que los distingue es que en West Point el período docente son cuatro años -cinco en España- y los cadetes salen con una licenciatura en ingeniería y una especialización (idiomas, ciencias, historia...) que complementa su formación militar y brinda, al que la desee, la opción de un brillante porvenir en la vida civil. Capacidad de liderazgo Otro aspecto importante del sistema norteamericano es la importancia que confiere a la capacidad de liderazgo. Desde su ingreso, los alumnos son adiestrados para mandar y deben competir entre sí. Muestra de eso es que todas las compañías de cadetes están mandadas por alumnos de las promociones más antiguas. West Point también se distingue del resto de academias en que busca la excelencia desde el mismo momento en que los aspirantes dirigen su mirada a la escuela. Para que ésta considere la admisión de un candidato, éste debe ser mayor de 17 años y menor de 23, no puede haber estado casado ni tener ninguna obligación legal de mantener hijos, debe pasar pruebas académicas, médicas y físicas, y tiene que ser recomendado por un miembro del Congreso o del Ejército. No fabrican líderes, los encuentran.

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