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Coches, escaparates, contenedores y portales figuran entre las propiedades más atacadas en la «movida» nocturna

Casi 900 jóvenes fueron sancionados el año pasado por actos de vandalismo

Las denuncias por gamberrismo se han duplicado en sólo cinco años, según la policía municipal

Publicado por
Antonio Núñez - león
León

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Un total de 890 jóvenes leoneses fueron identificados o detenidos por la Policía Local como autores de actos de vandalismo en bienes privados o del mobiliario callejero durante el pasado año en las resacas que acaban tras la movida urbana de las zonas de copas del casco antiguo. Las detenciones propiamente dichas fueron sólo 15 y el resto se limitó a pequeñas sanciones posteriores en juicios de faltas. La quincena de detenidos lo fue por provocar daños de elevada cuantía y, si no tenían antecedentes, también salieron rápidamente a la calle. El gamberrismo en las noches del fin se semana se ha convertido en una plaga que no deja de crecer, al menos en el número de denuncias vecinales y de la Policía Local, que pasó de 343 en el 2001 a 670 el año pasado, sin contar las que puedan haber tramitado o investigado otros cuerpos policiales (se estima que otra quinta parte). El incremento del vandalismo ha sido regular, del orden del 20% anual acumulativo, y se desconoce si continuará en próximos ejercicios, aunque la escena es siempre la misma: una relativa minoría de gente joven de juerga en las noches de copas del fin de semana que de regreso a casa y a modo de resaca destrozan escaparetes, coches, contenedores de basura, portales, papeleras, farolas, señales de tráfico, bancos callejeros y, en general, todo tipo de mobiliario urbano, público o privado, incluídas las fachadas para hacer grafitis o pintadas. A título de anécdota hay tambien complejos de juegos infantiles e, incluso, la estatua de un ciclista en Papalaguinda que ha tenido que ser restaurada en media docena de ocasiones. Era un homenaje al cicloturista en tiempos remotos y menos mal, porque las yantas de la rueda fueron de hierro: podía haber pinchado. Hace seis meses que la gente ya no la tiene tomada con él, así ,que, si no rodando, sigue estáticamente en pie. Rutas Según el intendente jefe de la policía municipal, Martín Muñoz, el vandalismo tiene sus propias rutas, que parten del casco antiguo o Barrio Húmedo y que las patrullas procuran afrontar como pueden. «Muchas veces es cuestión de dejarse ver y con eso es suficiente, pero otras hace falta actuar y es entonces cuando idenficamos o, en su caso, detenemos a los gamberros, dependiendo de si han cometido faltas o delitos, porque todo es cuestión legalmente de los daños que hayan podido generar. ¿Cuánto suponen cada año? Están los destrozos en propiedades particulares y públicas, cada uno con su seguro, sin él o con facturas por cuenta del Ayuntamiento y medirlo en millones de las viejas pesetas o en euros es difícil, porque nadie lo sabe». Acabada la movida de las madrugadas del fin de semana y en general a partir de las 5.00 horas es cuando suelen darse los casos de vandalismo con rutas callejeras perfectamente localizadas: del Barrio Húmedo hacia el parque de San Francisco, el barrio del Ejido a través de la calle Daoiz y Velarde el de San Mamés y el estudiantil de La Palomena por la puerta del Espolón. Algunos llegan más lejos y viajan de vuelta a pueblos de la periferia, donde rematan con un «botellón» al amanecer dejando por el camino contenedores o cualquier cosa susceptible de volcar.

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