«Los menores no son el principal problema: son pocos y se les lleva a casa»

En contra de lo divulgado en no pocos medios de comunicación el problema de los menores y adolescentes en el «botellón» es incipiente e importante, pero no tanto como entre el colectivo de jóvenes que ya han sobrepasado la mayoría de edad de los 18 años. Según la Policía Local de León, la participación de menores en este tipo de fiestas callejeras no llega ni siquiera al 5% -uno de cada veinte jóvenes que identifican los controles- y se trata casi siempre de chicos y chicas de familias marginales, desestructuradas o ambas cosas a la vez. «En todo caso, se les identifica, se les lleva a casa y, si están borrachos, pasan previamente por el hospital». Por lo que respecta al día siguiente de las juergas de viernes y sábado, las mismas fuentes reconocen que los destrozos y la suciedad es un resultado inevitable. «Si levantamos una reunión hacemos que recojan todo y limpien el lugar, pero, si nadie los encuentra, es inevitable que al día siguiente aparezca la zona llena de latas de cerveza, vasos de plástico, botellas de licor y restos de comida, por ejemplo de pizzas». Pasada la madrugaga y ya al amanecer, sobretodo en verano, el problema se traslada a los pueblos y barrios de la periferia de la capital, donde se suele rematar la juerga con o sin mas incidentes.