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El polémico comisionado anuncia que en otoño abandonará su puesto para volver a la Universidad

Las víctimas del 11-M lamentan el adiós de Peces-Barba, las de ETA no

Sólo Pilar Manjón exaltó su trayectoria y dice que le echará de menos

Pilar Manjón y Maite Pagazurtundúa, en un descanso del congreso en Valencia

Publicado por
Melchor Sáiz-Pardo - valencia
León

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Las asociaciones de víctimas fueron en su mayoría muy críticas al valorar ayer el trabajo de Gregorio Peces-Barba al frente de la oficina del Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo. Todos los colectivos se felicitaron por su futura renuncia y sólo Pilar Manjón, presidenta de la Asociación del 11-M, exaltó su trayectoria. Gregorio Peces-Barba abandonará en otoño el Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo después de catorce meses de mandato y de tensión con los principales colectivos de damnificados. El catedrático, que hizo público ayer su futuro cese, aseguró que su marcha obedece a su deseo de reintegrarse en la universidad una vez cumplidos sus principales objetivos con las víctimas. En su despedida, se mostró convencido de que el Gobierno no abordará negociación alguna con ETA hasta que la banda deje las armas y de que no habrá canje de «paz por presos». Peces-Barba reveló que dejará su puesto en septiembre u octubre, al comienzo del próximo curso académico, el penúltimo de su carrera académica. El alto funcionario se esmeró en negar que su futura dimisión haya sido forzada por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero o sea fruto de sus enconados enfrentamientos con la mayoritaria Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) que preside José Francisco Alcaraz. «De aquí nadie me echa», dijo. «División entre las víctimas» Las voces más duras llegaron, como era de esperar, desde la mayoritaria Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Su presidente, Francisco José Alcaraz, resumió su trayectoria en pocas palabras: «Sólo ha buscado la división entre víctimas». Según el líder del colectivo, Peces Barba únicamente tenía como propósito «atacar a organizaciones de víctimas que no están en una posición de rendirse ante ETA». Alcaraz, que enmarcó la dimisión como «parte del mal llamado proceso de paz», dijo que Peces-Barba tenía encomendada la función de «desactivar a las asociaciones y comprar su silencio» con vistas a «la humillación de tener que ceder al chantaje de ETA». «El alto comisionado era parte de la negociación con ETA», dijo. «Mientras el Gobierno iba haciendo concesiones a la banda como el fin del pacto contra el terrorismo o la no aplicación de la Ley de partidos, el alto comisionado intentaba acallar las voces discordantes», cerró Alcaraz. «Cosas buenas y malas» Menos duro, pero también crítico, se mostró Mikel Buesa, presidente de Foro de Ermua, para quien Peces-Barba «no ha sido un buen comisionado», sobre todo por sus «numerosísimos errores» y su «desconocimiento» del mundo de las víctimas. «La pasión por el Gobierno le ha provocado un rechazo importante por parte de las víctimas», comentó el presidente del foro, que insistió en que su marcha «no es una mala noticia». Según Buesa, Rodríguez Zapatero debería aprovechar la partida de Peces-Barba para hacer desparecer el comisionado «porque la política del Gobierno para las víctimas no necesita una oficina como ésta, de bombo y platillo, pero sin competencias ejecutivas». Javier Urquizu, portavoz de Covite, expresó su «respeto como persona» al catedrático, que «ha hecho algunas cosas buenas y en otros puntos podía haber hecho más». Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, fue la que más apoyo dio al comisionado y aseguró que «le echaremos de menos» al frente de la atención a las víctimas, aunque «deja un gran equipo» en la oficina. «Le admiro personalmente como padre de la Constitución, como presidente del Congreso y como rector», señaló la presidenta. «Es una gran pérdida por su trayectoria política y profesional», sentenció. Por su parte, Maite Pagazaurtundua, presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, se limitó a «desearle la mejor de las suertes en sus próximos proyectos» y reconoció que la partida del comisionado le daba «mucha pena a nivel personal».

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