Diario de León

Las víctimas exigen que haya «vencedores y vencidos», justo lo contrario que el Parlamento vasco

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Elisa López - vitoria
León

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El Parlamento vasco aprobó una declaración en la que instó al Gobierno autonómico a que «trabaje por la solución dialogada» del final de la violencia para alcanzar una paz «sin vencedores ni vencidos». La resolución, en la que también se reclamó «reconocer y reparar todo el sufrimiento derivado del conflicto», salió adelante con los votos de Aralar, impulsora de la iniciativa, y los de PNV e Izquierda Unida-Ezker Batua, la abstención del PSE y Eusko Alkartasuna, y el rechazo del PP. El Partido Comunista de las Tierras Vascas no participó en la discusión. La resolución de la Cámara de Vitoria va en la dirección opuesta de la pretensión de los populares que siempre han reclamado que haya vencedores y vencidos porque no son lo mismo víctimas que victimarios. Una opinión similar expresó esta semana el Defensor del Pueblo, el socialista Enrique Múgica. Desde Madrid, el responsable de comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, calificó la declaración de «cesión inadmisible porque se ha producido ante la pasividad del PSE». Es, resumió, una resolución «escandalosa». En el debate en Vitoria, el portavoz del PNV, Joseba Egibar, defendió que debe diferenciarse entre pacificación y normalización política, y que la clave para la solución del «conflicto» descansa en el «reconocimiento de la existencia del pueblo vasco y su capacidad de decidir su futuro». Egibar aseguró durante su intervención que ETA es «una organización política que hace uso de las técnicas modernas de lucha de minorías contra mayorías» que son «técnicas terroristas». El dirigente nacionalista, cuyas palabras motivaron un notable revuelo, desveló que respondió con esta afirmación a la pregunta que le hizo en una ocasión José María Aznar sobre qué era para él ETA. Egibar señaló que la banda terrorista nació en la época del franquismo y que, «a pesar de los disparates que ha cometido», nadie puede negar que ha tenido una «motivación política». Tras preguntarse a quién puede perjudicar la paz, pidió a los populares que permitan que se ponga en marcha el proceso que ponga fin a la violencia. El portavoz popular, Leopoldo Barreda, contestó que «nada ha cambiado en el PNV» ya que mantiene «la misma dirección que apuntaba en el plan Ibarretxe y en el Pacto de Estella, independencia, anexión de Navarra e imposición de criterios nacionalistas al conjunto de la sociedad vasca». Juan José Ibarretxe, por su parte, volvió a defender que la ilegalizada Batasuna y su dirigente Arnaldo Otegi porque «son y serán interlocutores del Gobierno vasco» porque su trabajo consiste en «encontrar soluciones». El jefe del Ejecutivo vasco respondió así a una pregunta de la popular María San Gil sobre la reunión que mantuvo Ibarretxe el pasado 19 de enero con Otegui. La presidenta del PP vasco le entregó una lista con los nombres de las 857 víctimas de ETA con la intención de que «se acuerde de ellas cada vez que se reúna con Otegi». La opinión de los afectados La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundúa, trasladó ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, su percepción ante la posibilidad de un posible fin de ETA y le dijo que la mayoría de las víctimas no aceptarán una paz «sin vencedores y vencidos». Así lo aseguró Pagazaurtundúa en una comparecencia ante los periodistas, en la que no admitió preguntas, celebrada en el Palacio de la Moncloa, donde mantuvo una reunión de casi dos horas con el presidente y el Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo. A la reunión asistieron también el director del III Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo celebrado esta semana en Valencia, Cayetano González; la directiva de la Fundación de Víctimas del Terrorismo María Jesús González y dos representantes de la Fundación San Pablo-CEU, que participó en la organización del congreso. Pagazaurtundúa insistió en que «tiene que haber vencedores y vencidos; sin humillaciones, sin crueldad, pero tiene que haber vencedores y vencidos», y añadió que una paz construida de otro modo «nos convertirá en una sociedad que vulnerará los principios superiores de nuestro ordenamiento jurídico y que, por tanto, será una sociedad decadente». La presidenta de la Fundación de Víctimas dijo también que los terroristas no pueden ser interlocutores sociales, que su voz no puede ser situada por encima de las de sus víctimas y que «cualquier tentación de impunidad social, política o judicial debe ser rechazada».

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