Pallarés acogerá una exposición de homenaje al insigne historiador
El Museo de León dedicará una de sus primeras exposiciones temporales a rendir homenaje a Manuel Gómez-Moreno, aunque la muestra no podrá ser programada hasta el 2007 o el 2008, coincidiendo con la segunda campaña de viajes que el insigne historiador granadino realiza a León para ejecutar el Catálogo Monumental. Con anterioridad, los museos de Ávila y Zamora (2002 y 2003) ya realizaron sendos homenajes a Gómez-Moreno. El director del Museo de León, Luis Grau, señala que la muestra dedicará especial atención a las manifestaciones de lo que Gómez-Moreno bautizó como arte mozárabe ya que fue en esta provincia donde se nutrió de más materiales para publicar su libro Iglesias mozárabes. Arte español de los siglos IX al XI que 85 años después (1919) «sigue siendo el mejor sobre arte mozárabe». El catálogo de la provincia dedica un apartado específico a lo que Gómez-Moreno llama Museo de San Marcos, por ser el convento el lugar que se utilizaba para guardar los objetos que iban llegando a través de la comisión provincial de Monumentos. «El catálogo monumental tiene mucha importancia para el Museo de León», reconoce Luis Grau. Como ejemplo, cita la reciente adquisición a un anticuario de Orense de una arqueta gótica de esmaltes procedente del Monasterio de San Esteban de Nogales. Gómez-Moreno aportó datos sobre objetos litúrgicos procedentes de este monasterio en el catálogo que realiza para la provincia de Zamora en 1903 pues estaban en posesión de un clérigo que conoce allí. De Gómez-Moreno destaca también su personalidad polifacética. Su afición a la epigrafía -fue corresponsal de Emilio Hübner- siendo un estudiante le valió el desentrañar el ibérico, los signos que ahora ya se pueden leer pero cuyo significado aún no ha sido iluminado. El «ojo clínico» de este hombre «brillante y trabajador, además de longevo» no falla casi nunca. «Es muy difícil desmentir al Gómez-Moreno», apostilla Luis Grau. Otra de las cualidades del catálogo es que conserva la mirada de hace un siglo sobre el patrimonio artístico leonés. Entre las limitaciones de la publicación apunta el hecho de que finalice en el siglo XVI porque a principios del XX todavía existían prejuicios sobre la época posterior. «Pero salvando esas distancias es un libro impagable», apostilla. Gómez-Moreno no sólo se fijó en el patrimonio mueble e inmueble, sino también en el natural o en los restos de éste transformados por el hombre como es el caso de Las Médulas, donde vio un «paisaje fantástico de colinas rojas». No se le escaparon ni las inscripciones de los canales de Castroquilame y Llamas. «No hay otro y estamos muy lejos de hacerlo», lamenta. No existe ningún proyecto con este objetivo, ni un equipo que se lo haya planteado, ni tampoco la financiación necesaria. El catálogo de bienes de la Iglesia, financiado con fondos públicos, no sigue un criterio unitario en todas las diócesis y su uso está restringido. Sólamente los bienes de interés cultural (hay 149 entre reconocidos e incoados y sólo dos de carácter mueble, las locomotoras Mikado e English) están inventariados de manera conjunta, pero la información pública que se ofrece de ellos apenas supera unas escuetas líneas en el listado oficial de la Junta.