Zerolo dice que la Alianza de Civilizaciones será enemiga del fanatismo
El secretario de Relaciones con las ONG y Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo, afirmó ayer que la Alianza de Civilizaciones que propugna el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero «será el enemigo público número uno del fanatismo, el terrorismo y cualquier tipo de fundamentalismo». Zerolo se pronunció así durante la clausura, en Melilla, del II Foro Euro-mediterráneo Joven, auspiciado por el Partido Socialista Europeo bajo el lema «Los inmigrantes jóvenes: los nuevos ciudadanos europeos» y en el que un centenar de participantes han debatido sobre esta cuestión durante los últimos tres días. «La Alianza es una idea revolucionaria, una apuesta de diálogo, paz y convivencia», apuntó el responsable socialista, quien aseguró que en el último Foro Social Mundial comprobó que «el proceso revolucionario español está causando admiración en Latinoamérica». Según Zerolo, «apostando por los valores los países cobran fuerzas y se cohesionan social y territorialmente». Solidaridad Por ello, adujo que los partidos políticos deben ser conscientes de que las ONG, asociaciones y movimientos culturales «son imprescindibles». «Estamos viviendo un segundo gran proceso de modernización en España a través de la descentralización y la apuesta por los valores», dijo el responsable del PSOE, quien subrayó la importancia de apostar por «el asociacionismo, la educación y lo público» como factores de cohesión e integración. Mientras, el eurodiputado Joan Calabuig defendió que la Alianza auspiciada por José Luis Rodríguez Zapatero es «sólida, con consecuencias prácticas» y que en ella deben tener un papel preponderante la sociedad civil y los jóvenes, sin cuya participación «no tendrá éxito». Ironizó, por contra, con que el Partid Popular «dentro de la prudencia y moderación que le caracteriza últimamente sigue diciendo que es una iniciativa ridícula». Por su parte el secretario general de Juventudes Socialistas, Herick Campos, señaló que la Alianza de Civilizaciones «no debe ser sólo un marco internacional y debemos esforzarnos por aplicarla en cada ciudad y barrio». «Si la reducimos a un acuerdo entre países no calará en la ciudadanía», añadió.