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| Sucesos | Un pleito sin resolver desde 1991 |

Dos encuentran 600 euros

Una cartera que contenía 100.000 de las desaparecidas pesetas y que fue encontrada en la acera de una entidad bancaria enfrenta a un hombre y una mujer desde hace quince años

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A. Núñez - león
León

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Desde hace quince años un vecino y una vecina de León, ambos del barrio del Ejido, mantienen un pleito interminable por una cartera que apareció en 1991 a la puerta de una sucursal de Caja España. La vieron en el suelo los dos, pero la recogió la mujer y ambos lo hicieron constar así, sobre poco más o menos, al entregarla a la Policía Local. Según el intendente jefe de esta última, Martín Muñoz, la cartera, que contenía cien mil pesetas en billetes de mil, fue depositada primero en la entidad bancaria, «porque suponíamos que podía pertenecer a algún cliente de la zona o tal vez a algún jubilado que había acudido allí a cobrar su pensión, pero el caso es que nadie la reclamó y volvió a nosotros». Al cabo de dos años y como es preceptivo las cien mil pesetas iban a ser entregadas a la mujer, pero el hombre, a su vez, las reclamó en el juzgado, el cual le pasó la patata caliente otra vez a la Policía Local para que decidiera. Entre largos pleitos y reclamaciones la Policía quiso dictar una sentencia salomónica: la mitad para cada uno. Pero tampoco fue aceptada. El caso de la cartera de las cien mil pesetas sigue sin resolverse. Desaparecidas las viejas pesetas hubo que cambiarlas a euros (600 en total) que siguen depositados en la caja fuerte del cuartel de la Policía Local, porque los juzgados no quieren hacerse cargo del antiguo hallazgo. Qué pueda pasar con la cartera es algo que está en manos de los abogados, cuya minuta seguramente sobrepase el valor de su contenido ampliamente, si es que alguna vez se aclara el asunto. Se trata de una anécdota tan llamativa como poco frecuente. Según el encargado de la Oficina de Objetos Perdidos, Miguel Amigo, lo normal es que bolsos y carteras se encuentren descuidados o simplemente robados, pero casi siempre sin dinero: «quien los hurta o los encuentra se queda con los euros, pero suele respetar la documentación y los objetos personales, de modo que lo mismo nos llega aquí una cartera aparecida en Asturias que a ellos otra que desapareció en León, y entonces es cuestión de localizar al dueño por el DNI o el carné de conducir». Este tipo de devoluciones supone a menudo un trabajo ímprobo para los funcionarios policiales: las carteras desaparecen fácilmente en una feria o en un mercado local, pero sus propietarios no siempre viven ya allí o vivieron y estaban ya sólo de paso: «entonces hay que tirar de guía telefónica».

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