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Alonso dice que los agentes «se han dejado la piel» en la investigación y el PP insiste en sus dudas

Los policías dicen al juez que la mochila del 11-M estuvo siempre vigilada

El magistrado del caso no alberga ninguna duda de que la bolsa la pusieron los islamistas

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A. Torices / M. Iglesias - madrid
León

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El juez que instruye el sumario del 11-M, Juan del Olmo, no alberga duda alguna de que la mochila-bomba que fue recuperada intacta por la Policía en la estación de El Pozo tras la masacre es una de las trece que esa mañana colocaron los terroristas islamistas en los cuatro trenes de cercanías, según informaron fuentes judiciales. El magistrado tomó ayer declaración en la Audiencia Nacional a todos los policías que manejaron los enseres halladas en la estación, desde su recogida del andén hasta su análisis en la comisaría de Vallecas. Los agentes manifestaron de forma unánime que los objetos se transportaron en bolsas selladas, que ninguna fue manipulada y que en todo momento estuvieron vigiladas por agentes de la Policía Nacional. Fuentes judiciales explicaron que los policías, cinco agentes y un oficial, coincidieron en asegurar al juez que recogieron las evidencias en la estación, que fueron empaquetadas en bolsones sellados, que los bultos estuvieron vigilados en todo momento y que ni durante la carga en las furgonetas, ni en el transporte ni en la descarga en comisaría se observó que una sola bolsa estuviese abierta o manipulada o se hubiese roto. Según su versión, los objetos que aquella madrugada se revisaron en la comisaría de Vallecas, entre ellos la mochila-bomba, sólo pudieron ser lo que se recuperaron de los vagones del tren reventado en la estación de El Pozo del Tío Raimundo. El análisis de la mochila-bomba, la única que no estalló, es una de las pruebas clave de la investigación. Su contenido permitió a la Policía Nacional detener, el 13 de marzo de 2004, a los primeros sospechosos de participar en el asesinato de 191 personas y en el intento de asesinato de casi 2.000 viajeros más, que resultaron heridos. El magistrado realizó esta semana una serie de pesquisas complementarias tras las informaciones publicadas por El Mundo sobre la posibilidad de que la mochila y su contenido puedan haber sido manipulados en su traslado a comisaría para orientar las sospechas del atentado hacia terroristas islamistas o, incluso, que la mochila no era una de las bombas de la masacre, sino un artefacto colocado en la bolsa para confundir la investigación. El objetivo fue cerrar cualquier resquicio de dudan en la cadena de vigilancia policial de las evidencias encontradas en la estación. El ministro del Interior, José Antonio Alonso, salió en defensa de la policía que trabaja en las investigaciones del 11-M y del juez que instruye el sumario ante las reiteradas dudas planteadas por el PP que sigue pidiendo explicaciones al Gobierno. Apoyos y más críticas «Los policías se han dejado la piel», dijo el titular del Interior en el pleno del Congreso donde dejó constancia de que la labor de los agentes para el esclarecimiento de los atentados ha sido «ingente» y «exhaustiva». Ofreció detalles de los trabajos realizados por la policía científica y cifró en 90.107 las diligencias practicadas bajo las directrices del juez Juan del Olmo. Otros dirigentes del partido opositor insistieron ayer en reclamar más luz y colaboración del Gobierno en el esclarecimiento de lo sucedido hace dos años. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se sumó al portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, para pedir al Ejecutivo que dé cuenta públicamente de la marcha de las pesquisas.