La llegada de otros 180 sin papeles colapsa la red española de acogida

La llegada en menos de 24 horas de otros 180 inmigrantes a las islas Canarias colapsó ayer toda la red de acogida del archipiélago. Los responsables de los servicios sociales alertaron de que las 1.600 plazas en los centros para extranjeros sin papeles son insuficientes y advirtieron de que sólo el inmediato envío de los recién llegados a la península podría reducir la presión. Por séptimo día consecutivo, la avalancha de inmigrantes continuó ayer en los puertos de Tenerife y Gran Canaria. Seis pateras fueron rescatadas en aguas territoriales españolas. La primera barca, con 65 subsaharianos a bordo, fue localizada de madrugada cuando se dirigía a desembarcar en la costa sur tinerfeña, en una zona conocida como Las Galletas. El barco Punta Salinas de Salvamento Marítimo fue el encargado de recoger a los inmigrantes para trasladarlos a otro buque, que llevó a los subsaharianos a tierra. El Punta Salinas no pudo ni siquiera volver a puerto porque tuvo que hacerse a la mar de inmediato para asistir a otro cayuco avistado por un pesquero a ocho millas náuticas al sur de Tenerife con otros 37 inmigrantes. El buque de salvamento y una patrulla de la Guardia Civil escoltaron a la embarcación hasta el puerto tinerfeño de Los Cristianos, un muelle que en los últimos días se ha convertido en el punto de arribo de centenares de inmigrantes. En Gran Canaria, otros cayucos con inmigrantes a bordo alcanzaron durante la noche la costa sur de la isla. La Guardia Civil detuvo a 81 africanos que viajaban en estas pateras, pero cree un número indeterminado de extranjeros logró huir hacia el interior. Inmigrantes huidos La primera embarcación fue detectada cuando se aproximaba a la localidad de Pasito Blanco, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana. En esta barquilla viajaban 42 personas. Casi al mismo tiempo se localizó otra barca que navegaba hacia la playa de Amadores, en el municipio de Mogán. Cuando los efectivos llegaron a la zona, todos los ocupantes de esta embarcación se habían dado a la fuga. La Guardia Civil sólo pudo arrestar a seis inmigrantes, entre ellos dos menores de edad, aunque mantiene un dispositivo de búsqueda con perros adiestrados para detener al resto de los huidos. Hacia la 1,30 horas de la madrugada se detectó otra embarcación muy próxima al muelle de Arguineguín, donde llegaron 33 inmigrantes varones subsaharianos, 31 adultos y dos menores de edad. Mientras los equipos de rescate siguieron durante todo el día batiendo las aguas territoriales para localizar pateras o restos de naufragio, el buque Esperanza del mar abandonó ayer la búsqueda de cuerpos en aguas del litoral africano. El barco hospital llegará hoy a Gran Canaria con 25 cadáveres en sus bodegas rescatados en los últimos días en el caladero marroquí-mauritano y que proceden del naufragio de un cayuco que volcó en alta mar. La llegada de estos 180 inmigrantes no ha hecho más que agravar la situación de hacinamiento en los centros de acogida que han superado con creces su capacidad. El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, prometió ayer en la capital de Mauritania, Nuakchott, ayuda española y de la Unión Europea para frenar la avalancha de pateras que parten de este país con destino a las costas canarias. León insistió ante las autoridades mauritanas en que el problema de la inmigración ilegal ya tiene una «envergadura internacional» y que, por tanto, también Bruselas se implicará en su solución.