La calificación urbanística del suelo quemado no será posible en 30 años

Siguiendo las directrices de la Ley de Montes aprobada recientemente por el Gobierno, la nueva legislación de Castilla y León incluye la prohibición del cambio de uso forestal de los montes afectados por incendios durante un periodo mínimo de 30 años. La calificación urbanística de los terrenos que hayan sido devastados por un fuego tampoco se podrá llevar a cabo hasta 30 años después del siniestro. El texto de Medio Ambiente también contempla otras muchas restricciones en el uso de terrenos quemados, como que los aprovechamientos cinegéticos y ganaderos queden suspendidos durante cinco años y sin que los propietarios públicos o privados tengan derecho a recibir una compensación. Poderes sobre el terreno Entre los nuevos poderes que se atribuye la Administración autonómica a partir de ahora está la capacidad de obligar a los propietarios de las áreas forestales a desarrollar todos aquellos trabajos de prevención que considere oportunos. Y poderes también sobre los aprovechamientos extraordinarios derivados de un incendio, caso de la subasta de madera quemada, cuyos beneficios irán a parar obligatoriamente a la restauración del monte quemado. Esta política de protección, dirigida a evitar que un incendio forestal se convierta en un hecho rentable, pasa por crear un registro administrativo de terrenos que hayan sufrido incendios, con datos como la fecha, la extensión o las características del terreno. Además, la consejería puede adoptar decisiones como restringir el uso lúdico y social de un monte para minimizar el riesgo de incendios. Ojo a las barbacoas En este sentido, una de las medidas más novedosas consiste en prohibir el uso de fuego en los montes y en un perímetro de 400 metros alrededor de los mismos, una iniciativa que pretende evitar incendios como el sucedido el pasado verano en Guadalajara. Ecologistas en Acción, para evitar que los incendios puedan tener su origen en una recalificación urbanística, solicitó a la Junta que no autorice las recalificaciones de este tipo de terrenos. En opinión de este colectivo, la Administración debe ir siempre «por delante de los intereses especulativos para que nadie se beneficie de los incendios forestales. «De otra manera -añaden los conservacionistas- se estaría fomentando la idea de que quemar el monet puede traer beneficios».