Diario de León

Policías españoles adiestrarán a los agentes mauritanos y un comité de ambos países supervisará la crisis

España pide ayuda de urgencia a la UE para frenar?la?avalancha de Mauritania Esperar en la costa a los que logran sobrevivir a 5 días en el mar

Nouakchott acepta la repatriación de todos los inmigrantes que llegan a Canarias

Un inmigrante come un bocadillo

Un inmigrante come un bocadillo

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Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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El Consejo de Ministros acordó ayer pedir a la Unión Europea que libere fondos de emergencia para que Mauritania pueda gestionar con garantías la crisis migratoria e impida la llegada de nuevas oleadas de subsaharianos en pateras a las islas Canarias. La vicepresidenta primera aseguró que el Ejecutivo ya ha comenzado las gestiones con las autoridades de Bruselas para convertir las migraciones en una «prioridad» en las relaciones entre los 25 y el Gobierno de Nouakchott. María Teresa Fernández de la Vega informó de la ofensiva diplomática internacional que el Gobierno ha puesto en marcha para recabar ayuda de terceros en la ya conocida como crisis de los cayucos y que ayer se convirtió en tema central de la reunión del Consejo de Ministros. «Es un tema que también atañe a toda la comunidad internacional y a la UE, en particular», señaló la portavoz gubernamental, quién subrayó que esta ayuda de emergencia sería independiente de los dos fondos europeos ya existentes destinados al control de la inmigración en los países de origen. Entre las prioridades de España, además del dinero de la Unión, está «implicar» a la Organización Internacional de las Migraciones y al Alto Comisionado de Ayuda a los Refugiados de Naciones Unidas (Acnur) en la «acogida y repatriación» de los clandestinos llegados al archipiélago y de los miles de subsaharinos -20.000 personas, según diversas organizaciones- que aguardan en Mauritania para embarcarse con destino a Canarias. Ayudas, apoyo y cumbres El Ejecutivo ha acelerado la convocatoria de una cumbre regional euroafricana para tratar de las continuas crisis migratorias. La reunión, auspiciada también por Francia y Marruecos, tendrá lugar en julio en Rabat. España enviará de inmediato a Mauritania las cuatro patrulleras prometidas. De la Vega matizó que los navíos no serán prestados, sino que será una «donación» a cargo de los fondos de cooperación. Expertos españoles se desplazarán a la república islámica «el tiempo que sea necesario» para enseñar a los agentes mauritanos el funcionamiento de estos barcos. Junto con las patrulleras, serán enviados vehículos de tracción mecánica para la vigilancia del vasto litoral mauritano. Efectivos de las fuerzas de Seguridad del Estado viajarán también a Nouakchott para instruir a los funcionarios de aquel país en el control de los flujos migratorios. Esta cooperación será supervisada por un comité mixto de seguimiento que comenzará a trabajar el próximo lunes en la capital de Mauritania, hasta donde viajarán mandos de la Policía y Guardia Civil y expertos en «acogida y repatriación». Los ejecutivos de ambos países han dado luz verde asimismo a la creación de un comité hispano-mauritano sobre cuestiones migratorias. Mauritania acepta además la reactivación del convenio de readmisión de inmigrantes firmado entre las autoridades de Madrid y Nouakchott en 2003, pero que no se aplica. El Gobierno no comenzará las deportaciones hasta tener garantías de que serán respetados los «derechos humanos» de los inmigrantes devueltos. La vicepresidenta viaja hoy a Canarias para «conocer sobre el terreno» la situación de los inmigrantes recién llegados y su acogida en los centros de internamiento La batería de iniciativas del Gobierno para afrontar la crisis de los cayucos no contentó al PP. El responsable de relaciones internacionales popular, Jorge Moragas, acusó hoy al Ejecutivo de «improvisar» y acusó a Moratinos de estar en la «inopia». Los especialistas del Sistema de Vigilancia Exterior (Sive) consideran que las avalanchas de inmigrantes desde Marruecos a las Canarias eran previsibles. Ahora, una vez desencadenada la crisis de los cayucos , los expertos alertan de que la única forma de frenar las oleadas es en el continente porque una vez en el mar lo único que se puede hacer es recoger a los inmigrantes que sobrevivan a los cinco días de travesía en pleno Atlántico. Dos son las causas, según la Guardia Civil, de que Mauritania se haya convertido en puerto de lanzadera de los clandestinos subsaharianos. La primera es la labor del propio Sive, el sistema de radares implantando en toda la costa andaluza ha blindado la península a la llegada de pateras desde Marruecos. Ahora, las barcas que zarpan de las playas del país vecino son localizadas en la misma orilla marroquí. Las patrulleras españolas esperan en el límite de las aguas jurisdiccionales, de forma que casi el cien por cien de las pateras son interceptadas y sus ocupantes repatriados a Marruecos. La segunda causa son los esfuerzos de Marruecos por impedir la entrada de subsaharianos en su territorio. Las hasta ahora permeables fronteras con Argelia y Mauritania han sido reforzadas con centenares de policías y militares. Todo ello, porque las autoridades de Rabat han comenzado en su propio territorio a sufrir la presión migratoria de miles de personas que pasan meses, incluso años, en Marruecos sin recursos y a la espera de embarcarse hacia España.

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