El Gobierno hace un despliegue en el nombramiento del cardenal Cañizares, azote de los socialistas Carod ingresa en un hospital tras sufrir una crisis cardíaca

El Gobierno ha hecho un auténtico despliegue para zanjar definitivamente las diferencias con el Vaticano. La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, encabeza la delegación oficial española que acude a la proclamación como cardenal del el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares. En la comitiva está también el ministro de Defensa, José Bono, católico confeso. El papa Benedicto XVI presidió ayer en la plaza de San Pedro del Vaticano la solemne ceremonia para la creación de 15 nuevos cardenales, entre ellos el español, miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde coincidió con Joseph Ratzinger. Todos recibieron la bula papal y la birreta púrpura que los consagra príncipes de la Iglesia. Vestidos con sus paramentos rojos en homenaje al color de la sangre derramada para defender a la Iglesia, los nuevos cardenales entraron a formar parte del llamado Senado del Papa. El anillo de oro cardenalicio será entregado hoy en una misa solemne en la plaza de San Pedro. Cañizares celebró ayer su nombramiento con una bulliciosa comida con medio millar de toledanos y otros españoles llegados a Roma en autobuses. Al almuerzo asistió el ministro de Defensa. José Bono acudió a la ceremonia como amigo de Cañizares, pero en realidad al final le tocó encabezar la delegación oficial española, porque la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, tuvo que presidir el consejo de ministros (Zapatero estaba en Bruselas) y sólo pudo viajar a Roma por la tarde. Bono tomó la palabra en la comida, con su habitual tono expeditivo, para aclarar algunas ideas. Aseguró que la relación entre el Gobierno español y la Santa Sede es de «cordialidad, pese a las discrepancias», y reveló que el secretario de Estado, Angelo Sodano, acudirá este sábado a la recepción de la embajada española. «Es la segunda vez en su vida que visita oficialmente una embajada, la única hasta ahora era la italiana, para que sufran los que quieren presentar las relaciones entre la Iglesia y España como si fuesen imposibles», afirmó. También reiteró que el Papa se encontrará con Rodríguez Zapatero en su próximo viaje a Valencia. «Miente quien quiere atribuir al Papa la descortesía de que no va a atender al Gobierno español», dijo. Señal recibida Cañizares, que dijo sentirse «gozoso pero abrumado», apreció «la señal de amabilidad» del Ejecutivo al enviar una delegación. A Antonio Cañizares le tocaba se cardenal, porque esa diócesis es el primado de España, pero también podía haberse quedado para la próxima vez, porque no había muchas plazas y sobraban candidatos. Se trata pues de un reconocimiento especial, por la vieja amistad que le une con el Papa y en un momento en que Cañizares es la voz más batalladora contra el Gobierno socialista. Ayer, era el más joven, con 60 años. Fernández de la Vega lleva bajo el brazo una petición del Gobierno para que el Papa Benedicto XVI pase por Madrid antes de viajar a Valencia en su primera visita a España en julio. El gesto del Gobierno intenta devolver la normalidad a las relaciones con el Vaticano. El presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, tuvo que ser hospitalizado ayer tras sufrir un síndrome coronario agudo. Carod-Rovira acudió por su propio pie al hospital Sant Joan de Reus después de sentirse indispuesto, y en principio se encuentra fuera de peligro. Los médicos le detectaron una insuficiencia coronaria severa. El síndrome coronario agudo es una disminución en distintas intensidades del aporte de sangre al músculo del corazón que provoca la obstrucción parcial y a veces total de las arterias coronarias. Influye en este padecimiento el estrés, el tabaquismo, la hipertensión y el sobrepeso. Tanto desde el PSC como desde CiU se interesaron inmediatamente por Carod. El presidente catalán, Pasqual Maragall, le envió un sms en el que dice textualmente: «Te necesitamos en forma para ultimar el Estatut».