El fundador de ETA anuncia que el alto el fuego es «irreversible»
El proceso que comienza en el País Vasco necesitará una «paciencia histórica para borrar el mal que unos y otros se han hecho», asegura Julen Madariaga, fundador de ETA. «Creo que esta vez hablan en serio», afirma este abogado de 73 años. «Estaba muy contento, se esperaba esta noticia desde el otoño, pero no llegaba», añadió Madariaga, que hoy vive en el País Vasco francés. «Creo que el proceso es irreversible. El terreno ha sido preparado más seriamente para evitar una repetición de los fiascos anteriores», añade. «Después de tantos años de choques enormes entre dos sociedades que no se comprenden, no hay que creer que la situación se arreglará en un par de meses. Habrá que demostrar una paciencia histórica para borrar el mal que se hicieron unos y otros». Madariaga tenía 26 años cuando fundó ETA en 1959, con un puñado de jóvenes marxistas de la asociación cultural Ekin, tras el fracaso de un intento de acercamiento con los democristianos del todopoderoso Partido Nacionalista vasco (PNV). Por aquel entonces encarnó la «rama tercermundista» de la organización, aunque sostiene que su participación en la lucha armada, se limitó a la «formación de los primeros comandos». Poco a poco fue tomando distancias con respecto a ETA y actualmente milita en Aralar. ETA anunció un alto el fuego «porque fue acorralada por la presión de las policías española y francesa pero sobre todo por toda la sociedad vasca», declara. «Una gran parte apoyó a ETA a principio de los años 1990», explica. «Con la caída del imperio soviético, los vascos vieron que numerosos países satélites de Moscú recuperaban su soberanía sin un disparo. Y se preguntaron '¿por qué nosotros no?». Negociación Madariaga está convencido que toda la sociedad vasca «apoya hoy una negociación». «Sólo el PP la rechaza, pero creo que se verá obligado a sumarse pues su base empieza a presionar en ese sentido». El viejo independentista no ha renunciado a sus sueños de juventud. Cree que la solución definitiva pasará por el reconocimiento del derecho a la autodeterminación. Y no ve motivos de preocupación: «Seríamos tan independientes como Chipre o Malta. Hoy, ningún país de la UE es independiente al 100%. Somos interdependientes», apostilla.