| Crónica | Cambio de horario en el Congreso |
Marín adelanta el despertador
El presidente del Congreso quiere luchar contra las sesiones eternas: obligará a los diputados a llegar una hora antes y les quitará el receso para comer. Se prevén deserciones masivas.
El presidente del Congreso también tiene su «plan concilia». Manuel Marín quiere hacer más racionales los horarios de la cámara, aunque aún no ha persuadido a los diputados. En un intento de convencerles de las bondades de su propuesta, mañana jueves hará un experimento: sus señorías tendrán que madrugar un poco más para estar en el pleno las ocho de la mañana, una hora antes de que comienzan las sesiones habitualmente. Se trata de que la sesión termine cuanto antes, así que tampoco habrá receso para comer. En los pasillos del Parlamento ya comienzan a hacerse apuestas sobre el grado de ocupación del hemiciclo. Lo cierto es que el día que ha elegido Marín para su ensayo es poco representativo. Normalmente, los jueves se discuten pocos asuntos. Pero precisamente el 6 de abril hay diez puntos en el orden del día por ser el último antes de las vacaciones de la Semana Santa; entre ellos, la ley de educación, la de tropa y marinería, la reforma del poder judicial o la ley de montes. Los más recelosos calculan que el pleno puede acabar hacia las seis de la tarde; es decir, que durará diez horas ininterrumpidas en las que los diputados tendrán que hacer más de una escapada a la cafetería si quieren tenerse en pie; algo, por otro lado, bastante frecuente. Hábitos europeos Los catorce años que pasó el hoy presidente de la cámara baja en la Comisión Europea, le convirtieron en defensor de los horarios comunitarios. De hecho, lleva tiempo hablando de su deseo de cambiar el funcionamiento de la institución. Marín explicó que sus 14 años en la Unión Europea le han demostrado que más horas de trabajo no suponen necesariamente más productividad. «No me pasó nada por madrugar y cortar a las cinco y media o seis de la tarde», aseguró. Hace poco más de un mes, la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios en España, presidida por Ignacio Buqueras, se reunió con los representantes de diversos grupos parlamentarios para abordar la cuestión. Y el resultado, según fuentes parlamentarias, no fue muy halagüeño. El pleno se reúne normalmente de martes a jueves. Las reuniones de martes y miércoles comienzan a las cuatro de la tarde y a menudo terminan a las once de la noche. Las de los jueves suelen arrancar a las nueve de la mañana. Los diputados son reacios a adelantar los encuentros porque la mayoría de ellos no residen en Madrid. El horario actual les permite trabajar lunes y viernes en sus distintas circunscripciones, pero si el martes tuvieran que estar en la capital a una hora temprana lo tendrían más difícil. Con todo, Marín no renuncia a intentar reunir al pleno el martes a las once de la mañana. De momento, va pasito a pasito y ayer convenció a la Mesa para que acepte su ensayo.