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La enfermedad diezmará un 80% algunas poblaciones de rebecos y crece la alarma por el contagio de la cabra montés

La sarna rebrota en San Isidro y ya está teniendo efectos devastadores en Riaño

El perímetro del contagio abarca casi 38.000 hectáreas en las reservas y el parque nacional

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Marco Romero - león
León

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«El resurgimiento de la sarna estaba previsto porque sabemos que rebrota en ciclos de ocho a diez años» JUAN CARLOS PERAL, director de las reservas de Riaño y Mampodre La epidemia de sarna que afecta desde hace 13 años a los ungulados de la montaña cantábrica leonesa, lejos de atenuarse, continúa su propagación hacia la vertiente más oriental del macizo, extendiéndose ya por una superficie de 37.891 hectáreas en las reservas de Riaño y Mampodre y en el Parque Nacional de Picos de Europa. Los dos últimos años han sido fulminantes para las poblaciones de rebecos, extraordinariamente débiles por las rigurosas condiciones climáticas de los inviernos. La sarna está en pleno apogeo en la Reserva de Caza de Riaño, donde se estima que la enfermedad afectará al 80% de los ejemplares, y ha rebrotado en la Reserva de Mampodre, el canal por donde se adentró originariamente en León desde los concejos asturianos de Caso y Aller. La alarma crece entre los gestores de estos espacios protegidos al confirmarse por segundo año consecutivo que la sarna ha conquistado las áreas ocupadas por la cabra montés, reintroducida en Riaño en 1990 tras haberse extinguido en esta zona a mediados del siglo XIX. En el bienio 2004-2005, los celadores de la reserva abatieron 33 ejemplares contagiados por el ácaro sarcoptes scabei . Todas éstas son conclusiones extraídas de tres informes elaborados por las reservas, dependientes del Servicio de Medio Ambiente, sobre la evolución de la enfermedad durante los últimos 13 años, y que se harán públicos este mes de abril con cifras muy poco alentadoras. Tres informes rotundos A pesar de que los estudios subrayan que la sarna se está mostrando «menos virulenta» y que su avance está siendo «mucho menor» al previsto por los especialistas hace una década, su incidencia está mutilando familias enteras de rebecos, cebándose en los ejemplares macho. En la Reserva Regional de Caza de Riaño, donde en el 2003 se estimaba una población de 4.000 ejemplares, la epidemia está en su peor momento. El año pasado se abatieron 89 rebecos sarnosos -la cifra triplica las de hace tres y cuatro años- a lo largo de una superficie de 15.000 hectáreas. El perímetro era de 9.000 hectáreas en el 2004, por lo que el contagio se extendió 6.000 hectáeras en sólo doce meses, con especial saña en parajes como Yordas, Castro, Borín y Tendeña. De los 4.000 rebecos que había hace dos años en esta parte del macizo, el censo se ha reducido a la mitad, según el director de la reserva, Juan Carlos Peral. Animales de 24 años En esta reserva ya se han abatido 394 rebecos desde que se detectó la sarna en 1999. De los selecionados el año pasado, destacan una hembra de 24 años derribada en Castro y un macho de 17 años derrocado en Bagulloso. En este mismo espacio, el contacto entre animales ha provocado el contagio de la cabra montés. Los 16 ejemplares abatidos el año pasado en el cuartel de Anciles se visualizaron en primavera, a diferencia de los rebecos, más duramente afectados en otoño y principios de invierno. La superficie salpicada por la sarna en el hábitat de la cabra alcanza las 2.500 hectáreas. Vuelve el ciclo En la Reserva de Mampodre lo más resaltable es el rebrote de la enfermedad. Entre 1999 y el año 2003 la incidencia se suavizó y resultaba alentador el saneamiento de las poblaciones, también por las nuevas crías. Sin embargo, el contagio ha resurgido, una circunstancia que ya se esperaba «puesto que la sarna reaparece en ciclos de ocho a diez años», indicó Peral. Ya hay 5.600 hectáreas afectadas -son 1.200 más que en el 2004-, aunque desciende el número de rebecos abatidos de 33 a 27. El perímetro de la sarna era de 70 hectáreas en esta reserva en 1994; desde entonces hasta ahora, la superficie se ha multiplicado por 80. SARCOPTES SCABEI La enfermedad es producida por un parásito externo que se hospeda en galerías que excava bajo la piel, donde pone sus huevos y deposita también la materia fecal. Esto es lo que causa la intensa picazón que caracteriza a la enfermedad. El contagio, que puede trasladarse al hombre, es normalmente por contacto.

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