Trece años desde Aller

El problema no es nuevo. El brote de sarna fue detectado por primera vez en mayo de 1993 en la reserva asturiana de Aller durante una cacería deportiva en los alrededores del Pico Torres. Entonces se abatió un rebeco con lesiones cutáneas. El ejemplar fue analizado por los técnicos de Medio Ambiente de la Junta. El diagnóstico confirmó las peores sospechas: la existencia de sarna común ( sarcoptes scabiei ) entre los ungulados. Ese mismo año se localizaron ocho rebecos enfermos en las cercanías del mismo pico, en el conocido paraje de los Fueyos. El trazado de una línea imaginaria entre los puntos donde se habían hallado los rebecos marcaba ya un área de nueve kilómetros cuadrados. Se cree que la sarna fue transmitida originariamente por cabras domésticas. El segundo brote surgió en los municipios, también asturianos, de Ponga y Piloña, a unos 20 kilómetros del primero. No fue hasta marzo de 1994 cuando se encontró el primer rebeco dañado en la Reserva Regional de Caza de Mampodre. Sucedió en los alrededores del Puerto de San Isidro, muy cerca del primer brote. Seis años en Oseja Estos focos se fueron extendiendo hasta solaparse y continuar su avance hacia el área más occidental del Parque Nacional de Picos de Europa. El primer ejemplar de rebeco sarnoso fue encontrado en Oseja de Sajambre en diciembre de 1999. Pasaron dos años y la epidemia ya había llegado hasta el desfiladero de los Beyos, junto al río Sella, y hasta el macizo del Precornión. El proceso continuó su expansión y en enero del 2004 la enfermedad llegaba al macizo occidental, en la zona de Carombo. La superficie afectada es hoy superior a las 17.000 hectáreas en el espacio protegido. Saneados en Asturias El avance de la epidemia sigue varios corredores. Actualmente se encuentra en ebullición dentro de la Reserva Nacional de Caza de Riaño, mientras que en los concejos asturianos de donde partió (Aller y Caso), las poblaciones de rebecos han ido saneándose. No así las del espacio de Mampodre, que se han diezmado brutalmente, como se espera ahora de Riaño. Según las estimaciones de varios técnicos del Parque Regional de Picos de Europa, gestionado por la Junta de Castilla y León, la sarna alcanzará a la fauna de la Reserva Nacional de Caza de Fuentes Carrionas en «uno o dos años».