Diario de León

| Entrevista | Antonio Gamoneda |

«Pesan sobre nosotros 40 años de una mentalidad sofocada por la dictadura»

El poeta leerá hoy un manifiesto suscrito por docenas de intelectuales en defensa de los valores republicanos que sesgó el franquismo. «No hay más juicio que el histórico», sentencia

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Marco Romero - león
León

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Inclasificable poeta, Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) es una figura emblemática de las letras europeas. La excepcional fuerza de su obra le ha valido el Premio Nacional de Poesía (1988) y el Premio Castilla y León de las Letras (1985). Hoy, esta gran voz del panorama literario actual leerá el manifiesto Con orgullo, modestia y gratitud , un texto conmemorativo del 75 aniversario de la II República suscrito por importantes intelectuales. «Alguien ha entrado en la memoria blanca, en la inmovilidad del corazón. / Veo una luz debajo de la niebla y la dulzura del error me hace cerrar los ojos. / Es la ebriedad de la melancolía; como acercar el rostro a una rosa enferma, indecisa entre el perfume y la muerte», expersa el autor en su geórgica Aún . -Parece que el Ayuntamiento ha tenido problemas para enviar representación institucional al ceremonial. ¿Qué le parece? -Si el Ayuntamiento entiende que representa a los ciudadanos leoneses no debiera tener únicamente la inclinación que se deduce de su actitud partidaria, sino aquella que realmente representa. Y parece ser que existe voluntad de recuperar la memoria histórica en relación con los represaliados, y eso ni siquiera es una cuestión política, sino histórica. El Ayuntamiento debiera representarnos. -¿Qué hemos heredado de la tradición republicana? -Realmente muy pocas cosas porque hay un intervalo de dictadura muy largo, en el cual las cosas realmente interesantes que se iniciaron con la República, con independencia de que hubiera errores, eran serias en relación con la educación y los derechos civiles y humanos. El intervalo de la dictadura ha hecho que, al restablecerse la democracia, no tengamos propiamente una herencia, sino que la nueva democracia tiene que ir descubriendo valores cívicos y de convivencia que se cortaron en 1936. -¿Quiere decir eso que España ha perdido su oportunidad de reinstaurar una república? -No es tanto el hecho de una república o una monarquía, esa alternancia en estos momentos no es planteable. Lo que sí es un hecho cierto es que el empujón histórico que la república supuso se ha perdido. Se ha producido una regresión de 40 años en el sentido histórico y se ha perdido esa actualización histórica. Sin embargo, tenemos que volver a descubrir la democracia y los datos de progresión histórica que se iniciaron entonces. -¿Cómo recuperar esas vanguardias sociales y culturales que introdujo la república? -No hay una fórmula mágica. Pienso que el hecho tan simple de vivir en democracia supone una actitud en la que la recuperación se hace posible, aunque el aprendizaje sea más difícil; pesan todavía en nosotros los 40 años de una mentalidad sofocada por la dictadura. En cierto modo tendremos que fijarnos en lo que ocurre en otros países. Acabamos de ver cómo en Francia los estudiantes han frenado una actitud del Gobierno que les perjudica. Eso se hace con una fuerza social y con datos ideológicos, pero también con lo que yo llamaría experiencia cívica: ellos están mucho más formados que nosotros en ese sentido. -Verá. Usted habla de «experiencia cívica» y lo primero que me viene a la cabeza en este momento es cómo concebir en una sociedad que se presupone laica una exaltación tan ferviente de la Semana Santa. ¿Tiene esto algo que ver con ese concepto? -Esa exaltación viene decidida por razones turístico-económicas. La Semana Santa ha dejado de ser clarísimamente una práctica religiosa para ser un espectáculo que genera dinero. Y todo lo que genera dinero tiene unas posibilidades que son las que explican que, sea quien sea quien esté en el poder, no va a hacer nada por modificarla. Eso sería imposible porque la modificación la han impuesto las razones económicas. Quiero decir que no es una cuestión que pueda ser dirimida o aclarada por un enfoque de tipo partidista, es ya una realidad económica muy fuerte y una exigencia de la economía global del país. -Hablemos de la recuperación de la memoria histórica. Hay quien opina que el silencio supone el mayor de los respetos hacia los represaliados. -Hay que hablar de ellos, no sólo para restablecer la memoria histórica, sino para que la recuperación se convierta en un aviso al porvenir, para que no vuelva a ocurrir lo que ocurrió, para que una forma de articulación del Estado no se resuelva con un golpe militar. La recuperación de las verdades históricas, en ese sentido, nos ayudan a ser más precavidos. De todas maneras es un aprendizaje largo y difícil. -Nuestra Audiencia Nacional ha juzgado otras dictaduras, como las de Chile y Argentina, y, sin embargo, mantiene un silencio rotundo respecto a la de España. ¿Un proceso judicial sería el único modo de restablecer la memoria? -Nuestro caso es muy antiguo. Prácticamente no existen supervivientes. Tengo una memoria completamente infantil de los años 35 y 36, cuando España era republicana. Pero, ¿a quién juzgar? No hay más juicio que el histórico. -¿Confía en que Zapatero restablezca la memoria de las víctimas del franquismo? -Sé que tiene unas excelentes intenciones, pero tenemos que considerar el cúmulo de problemas que están tratando de encontrar solución en España. Si Zapatero tiene circunstancia para ello es muy posible que lo haga porque es un hombre muy condicionado por la memoria histórica, dado que su familia ha insistido siempre en la referencia de su abuelo, fusilado en agosto del 36. Esa postura crítica y moral sé que Zapatero la comparte. Ahora bien, no todas las cosas se pueden hacer a la vez. -¿Existe una república de la poesía? -Hay mucha afición a hablar de la república de las letras, pero yo no me he enterado muy bien todavía de qué va eso. La poesía es coincidente con los hechos históricos, pero sobre todo es subjetiva y, por tanto, individual, lo cual no quiere decir que no sea solidaria. «Frase 2 3 4 líneas» NOMBRE Cargo

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