UGT y CC.OO. apuestan por tesis abolicionistas para argumentar quela explotación sexual «no es trabajo»
Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras de León, desde las repectivas federaciones y secretarías de la Mujer y de Acción Social, atienden al colectivo de prostitutas en asuntos de asesoramiento laboral, legal o de papeles, aunque no tienen programas específicos para este tipo de mujeres. Lo que sí tienen clara es la idea de que la «prostitución no es un trabajo», sino una forma contemporánea de «esclavitud, desigualdad y violencia de género» que mayoritariamente se hace de forma involuntaria, coinciden Mercedes Rodríguez (UGT) y Eloína Terrón (CC.OO). Personas que son mercancía La ugetista remitió a un documento elaborado por la Comisión Ejecutiva Confederal de su sindicato que advierte sobre el aumento de este fenómeno que «convierte a la persona en mercancía» y alerta «que los fuertes intereses económicos están promoviendo un debate para su normalización social, con el fin de reconocer el estatus de trabajadoras autónomas a este colectivo y servir a los intereses de los explotadores». UGT define diez razones que explican su postura abolicionista. Por un lado recalca que la prostitución es una práctica más de violencia que evidencia las relaciones desiguales entre hombre y mujer y que pone de relieve «la grave violación» de los derechos humanos y fundamentales. Un hecho «incompatible con la dignidad», según esta visión. Desde esta fuerza sindical se aboga por no permitir a la industria del sexo que «racionalice» la existencia de la prostitución basada en el uso oportunista del consentimiento y la negación del daño a mujeres y niños. La ONU define la «trata» Desde esta perspectiva, parece que resulta imposible luchar por los derechos laborales cuando «no se respetan los fundamentales» y que regular esta actividad constituiría, siempre según UGT, una violación de la legislación internacional. CC.OO. tiene como documento de trabajo el reciente informe elaborado por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que denuncia la relación que existe en la actualidad entre la trata de personas y la demanda para la explotación sexual con fines comerciales. Naciones Unidas, en este texto, intenta englobar una definición de la trata de personas para prevenir, reprimir y sancionar este delito, además de dar una interpretación legal y un protocolo para aplicar en todo el mundo.