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| Entrevista | José Luis Leite | A favor En contra

«La clandestinidad no arregla la prostitución, la esconde»

Lleva años asociado a la única entidad empresarial que reclama la legalización de la prostitución como única vía para erradicar el proxenitismo organizado y el oscurantismo de la actividad

José Luis Leite posa, tras la entrevista, en el interior de uno de sus locales

Publicado por
Marco Romero - león
León

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Es propietario de dos de los cuatro locales leoneses (León de Oro y Big Ben) integrados en la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne, una entidad que defiende desde hace años la necesidad de regular la prostitución para acabar con el oscurantismo, las coacciones y el proxenitismo organizado. Opina que en un país donde la prostitución no está penalizada es necesario delimitar los espacios públicos donde debe ejercerse y hacerlo con todas las garantías de seguridad e higiene. -No drogas, no menores y no mujeres obligadas. Ésas son algunas de las consignas de Anela. ¿Quiere decir que esto no se presupone en los clubes que no son de la asociación? -No, simplemente que aquí se dan esas garantías. Esto es una cafetería especial, un hostal. Caben varias licencias, pero el problema es la actividad, que no existe como tal. Las chicas no bajan a ejercer la prostitución, ellas alquilan sus habitaciones, se le cobra por el alquiler y la empresa no tiene ninguna relación laboral con ellas. Lo que hagan después no es asunto nuestro. -Así que aquí es todo libre y voluntario. -Libre y voluntario. Se habla de situaciones que se dan con mafias, con redes que quitan el pasaporte y explotan sexualmente. Eso aquí no existe. Ni droga, algo que ha roto la imagen de este ambiente. -¿Matienen contacto con la Guardia Civil? -La Asociación le dio un premio a la U.C.O. de la Guardia Civil por su colaboración en Andalucía, donde hubo hace tiempo un gran problema con las redes mafiosas. -¿Hay presión policial? -La policía hace su trabajo, pero ha llegado un momento que las mujeres viven asustadas. Hay que pensar que muchas son extranjeras y no tienen papeles. Al final, prefieren lo clandestino que meterse en clubes. Y así no arreglamos la prostitución, la escondemos. -¿Cómo va el negocio? -Ha bajado muchísimo. Ahora mismo yo estoy al 50% de ocupación de habitaciones, cuando mi media estaba entre el 80% y el cien por cien. -¿Cree que hay un interés especial en acabar con el proxenitismo organizado? -Yo confío en las fuerzas del orden. -¿Cómo llega una chica a su local y qué hace para comprobar que todo está en regla? -Somos un establecimiento hostelero, por eso lo primero que pedimos es la documentación. Se hace una ficha [en el lenguaje de los guardias civiles se conoce como parte de viaje], que se remite por fax a la Guardia Civil. -¿Y qué pasa con las mujeres cuando hay un control policial? -Si es un problema de extranjería, que es lo normal, se la llevan, duerme una noche en el calabozo y le remiten una carta de expulsión. -¿Qué perfil tiene el cliente de las mujeres de este local? -Suelen ser hombres tranquilos, nada agresivos, que vienen con idea de pasar un buen rato, tomar una copa y tal. Yo creo que realmente es en la calle donde buscan el jaleo, aquí no hemos tenido grandes problemas. Es más, siempre que hay algún problema se evita por todos los medios la violencia y se intentan arreglar las cosas tranquilamente. No se puede dar mala imagen en este sentido. -¿Qué le diría a aquellos que opinan que la prostitución es una forma de explotación y esclavitud? -Que están equivocados. Lo hubo en otras épocas, por ejemplo cuando las ciudades tenían su barrio chino donde se ejercía este oficio. Muchas estaban en lugares donde no las dejaban salir, pero todo esto se ha modernizado como cualquier otra actividad. -¿Y dónde está la solución a este problema social, según usted? -Hay que legislar. El alterne debería de ser una actividad más que figurase en el régimen de autónomos. La sanidad, la contratación, todo, se vería beneficiado.

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