Zapatero?y?Rajoy?pactan?el apoyo del PP a hablar con ETA pero sin votar El nuevo jefe militar sella la voluntad del Ejército de actuar en el exterior

No habrá votación. José Luis Rodríguez Zapatero pedirá a los grupos parlamentarios que respalden el diálogo del Gobierno con ETA tras comprobar que el alto el fuego es real, pero ha descartado someterlo a votación en el Congreso de los Diputados. No quiere volver a aislar al PP del resto de las fuerzas parlamentarias ni correr el riesgo de dar argumentos a dirigentes de esa formación para romper el frágil consenso fraguado con Mariano Rajoy. Fuentes gubernamentales señalan que el jefe del Ejecutivo y el de la oposición decidieron evitar la votación parlamentaria en una de sus últimas conversaciones. En el Palacio de La Moncloa entienden que al presidente del PP le resultaría casi imposible desdecirse ahora de lo que votó hace un año en el debate de la nación del 2005, cuando el primer partido de la oposición fue el único que rechazó la resolución que habilitaba el diálogo del Gobierno con ETA si la banda dejaba las armas. El Ejecutivo cree que al PP no le interesa volver a quedarse solo de nuevo, como en aquella ocasión en la que todas las fuerzas políticas votaron a favor de la resolución del PSOE, pero estiman que le resultará imposible reflejar en un texto un cambio de postura. Además, el Gobierno considera todavía difícil que populares y nacionalistas vascos se pongan de acuerdo. Tras el anuncio del alto el fuego permanente, Rodríguez Zapatero no quiere dar ningún paso que fuerce una discrepancia entre su Gobierno y el partido de Rajoy. Quiere retener al PP a su lado tanto tiempo como le sea posible y por ello ha ordenado a su gabinete que ignore «en la medida de lo posible» las palabras de los dirigentes más «radicales» como José María Aznar, Eduardo Zaplana o Ángel Acebes. El jefe del Ejecutivo sólo tendrá oídos para las declaraciones «moderadas» de Rajoy y dejará a otros portavoces del PSOE que respondan a las críticas más duras del PP. Rodríguez Zapatero está convencido de que, más allá de sus estrategias, el líder de la oposición es consciente de la importancia del momento y quiere estar a la altura de las circunstancias. En el Palacio de La Moncloa incluso dudan de que Rajoy informe a sus compañeros de filas del contenido real de las conversaciones que mantiene con el presidente del Gobierno. Estrategia decidida El Gobierno intentará mantener el máximo tiempo posible el consenso con el PP a pesar de los avisos que en los últimos días le están lanzando dirigentes de ese partido. El momento crítico, entienden, llegará cuando Rodríguez Zapatero anuncie que dará nuevos pasos hacia el diálogo con ETA. Si el primer partido de la oposición impone límites que no pueda asumir el Ejecutivo, eleva sus exigencias y trata de atar las manos del Gobierno, Rodríguez Zapatero seguirá adelante con su hoja de ruta. Prefiere ir de la mano con el PP, pero si no es posible recabará el apoyo del resto de partidos y, entonces sí, dejará solo a Rajoy. El presidente espera que ese escenario no se produzca, aunque él confía más en su rival que en el partido que preside. El Ejecutivo aún no ha decidido si el pleno sobre el alto el fuego coincidirá con el del debate sobre el estado de la nación. Algunos ministros son partidarios de separar los dos plenos porque no quieren que se fuerce un adelanto del debate sobre la tregua. En cualquier caso, lo que tienen claro los responsables de La Moncloa es que, a pesar de los últimos episodios de kale borroka, cuando Rodríguez Zapatero comparezca ante la cámara baja lo hará para anunciar el diálogo con ETA y para pedir el apoyo de los grupos parlamentarios. La próxima semana, el presidente del Gobierno recibirá el tercer informe de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado sobre la verificación del alto el fuego de la banda y espera que no difiera del resultado positivo de los dos anteriores. El titular de Defensa, José Antonio Alonso, aseguró ayer que el relevo en la cúpula del Ejército de Tierra es sólo «un cambio de conductor pero no de dirección» en el trabajo que realizan las Fuerzas Armadas. Alonso presidió ayer en la sede de Defensa la toma de posesión del general Carlos Villar Turrau como nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (Jeme), en sustitución del también general José Antonio García González, destituido por sorpresa el pasado viernes a causa de su gestión en el denominado caso Mena, el general que criticó en un acto castrense el Estatut y dijo que el Ejército actuaría se rebasaba la Constitución. Durante su breve discurso, el ministro Alonso no hizo mención alguna a las razones políticas del cese del anterior Jeme y se centró en alabar el trabajo del alto mando saliente, del que destacó su «larga e impecable carrera militar», en los cargos que ha ocupado en la cúpula de las Fuerzas Armadas. «Me ha parecido oportuno el relevo para recorrer este nuevo tramo del camino, que es distinto del anterior pero persigue la misma meta: lograr unas Fueras Armadas cada vez más eficaces, profesionales y operativas», manifestó el ministro. Alonso señaló que el recién nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército ha ocupado «puestos muy relevantes» en organizaciones internacionales de Defensa como la Agencia Europea de Defensa o la Organización de Investigación y Tecnología del Tratado del Atlántico Norte. El nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, en su discurso poco después de tomar el bastón de mandoafirmó que su tarea es mirar al «futuro» y contribuir a seguir teniendo unas Fuerzas Armadas «modernas y eficientes» para que España pueda cumplir sus compromisos en el exterior y en la UE, La sociedad española se merece el mejor Ejército que le podamos ofrecer. Unas Fuerzas Armadas eficaces y eficientes que sean capaces de cumplir nuestro compromisos en el exterior y con Europa».