Ni la prohibición ni la legalización son modelos eficientes y sólo Suecia ha tenido éxito con su política social

Algo que ha sido comprobado durante los últimos años es la ineficacia de los modelos prohibicionista, reglamentarista y de normalización para solucionar los principales problemas ligados a la prostitución. Un análisis integral de la Universidad de Londres concluye que los resultados en los estados en los que se legalizó o reguló la prostitución fueron tan negativos o más que los ya conocidos de aquellos en los que se ha utilizado la penalización tradicional. Según este documento, le legalización condujo a un drástico aumento en todas las facetas y ámbitos de la industria del sexo, a un notable incremento del crimen organizado, a un aterrador aumento de la prostitución infantial, a un aumento también del tráfico de muejres y niñas y a un incremento muy significativo en los indicadores de violencia contra las mujeres. Entre Francia y Latinoamérica El sistema reglamentarista se inició en Francia y ha sido aplicado mayoritariamente en América Latina. Basándose en la necesidad natural del hombre de liberar su sexualidad, considera la prostitución un mal necesario que hay que controlar. El control es asumido por el Estado, que delimita los espacios para ejercer la actividad y arbritra sistemas de control médicos y de derechos y obligaciones, tanto de las prostitutas como de los dueños de locales, clientes y autoridades. En Victoria (Australia) se creó un sistema de prostíbulos legalizados. La explosión fue tal que desbordó la capacidad del sistema para regularlos de inmediato. En los Países Bajos, el 80% de las prostitutas declaraba querer salir de la prostitución, pero seguían en ella. Los programas de aqbandono que acompañaron a la regulación nunca se han concretado. Eficacia de servicios sociales La experiencia sueca dotó de amplios fondos a los servicios sociales paa ayudar a abandonar la prostitución a aquellas mujeres que deseaban hacerlo. Los programas ayudaron eficazmente al 60% de las prostitutas. Holanda, que cuenta con una larga experiencia en la legalización, ha editado informes en los que admite que la reclamación de derechos de las prostitutas apenas se ha ejercido en la práctica a pesar de que su vulneración se está produciendo de forma generalizada. En los países sajones hay represión penal y la acción policial se aplica ante cualquier oferta sexual que implique una retribución. Esta creencia implica que el instinto debe satisfacerse en el matrimonio.