Diario de León

| Entrevistas | Los sindicatos, ante el 1 de Mayo | IGNACIO FERNÁNDEZ | SECRETARIO GENERAL DE LA UNIÓN SINDICAL DE CC.OO. DE LEÓN

«No nos queda más remedio que protagonizar nuestro salvamento»

Fernández opina que León está en el momento del «ahora o nunca», y que sindicatos y empresarios están dando ejemplo

Ignacio Fernández recuerda que la militancia crece cada año

Ignacio Fernández recuerda que la militancia crece cada año

León

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En el optimismo prudente de que «el entorno puede ser favorable para modificar el mapa laboral», Ignacio Fernández reconoce que el momento de la negociación colectiva se puede valorar por ahora como positivo; y considera que empresarios y sindicatos están dando ejemplo de cómo se puede trabajar por un objetivo común desde posiciones diferentes. La misma responsabilidad exige al resto de los agentes políticos y sociales para caminar en una única dirección en un momento que para la provincia se plantea como definitivo, y en el que no habrá ayudas exteriores para alcanzar el desarrollo. Reivindica como parte propia las leyes sobre conciliación y dependencia, y advierte que la política fiscal del Gobierno puede dar al traste con los avances conseguidos. -¿Cuáles son sus reivindicaciones para el 1 de Mayo? -Los dos sindicatos exigimos a las administraciones y organizaciones provinciales que trabajemos conjuntamente en cuestiones que es necesario empujar. El entorno puede ser favorable para modificar el mapa laboral, pero sólo si se crea un espacio de encuentro y diálogo, en lugar de competencia estúpida por ver de quién es cada hijo. Es una idea ambiciosa. -¿Ya ha pulsado la sensibilidad de estos interlocutores? -A principios del 2005 hubo un intento de formalizar esto, que fracasó, creo porque la Junta no quería nueve mesitas de diálogo que escaparan de su control. -Al margen de estos proyectos, ¿cómo valora la situación laboral en la provincia? -Aunque todo lo que se repite pierde fuerza, la temporalidad y la siniestralidad siguen siendo los elementos más negativos. Este es un año de negociación colectiva, importante para ver el tono de las relaciones empresas-trabajadores. Hasta el momento mi impresión es positiva, y eso es importante en un momento del ahora o nunca, en el que no nos queda más remedio que ser protagonistas de nuestro propio salvamento, nadie va a venir a ayudarnos. No sé si las demás partes son conscientes de esto, de que no se puede desperdiciar el momento. Tengo la impresión de que por lo que respecta a empresarios y sindicatos, sí estamos sabiendo hacerlo. -Hay colectivos como inmigrantes, jóvenes o mujeres que pueden quedar al margen de este entorno de negociación y cierto optimismo. -Sus problemas son distintos, aunque todos padecen las consecuencias de la marginación laboral. En el caso de los inmigrantes la regularización fue buena, pero el problema se reaviva constantemente. Defendimos los contingentes, pero son poco ágiles. Sólo hay una vía de evitar el problema, y es una actuación más firme de la inspección para evitar la explotación. En el caso de las mujeres, el problema no es laboral, sino de una sociedad discriminadora que no asume el cambio. Contratar hoy a una mujer de 45 años es un regalo, no entiendo qué visión miserable, salvo la de la discriminación previa, hace que no ocurra. En cuanto a los jóvenes, si la empresa basa su nivel de beneficios en la precariedad de su plantilla, la herramienta más frágil es el recién llegado. Pero la productividad sólo se consigue con formación y cualificación. -¿Proyectos como los que legisla el Gobierno sobre igualdad y conciliación de la vida familiar y laboral ayudarán a superar estas situaciones? -Son leyes que las sentimos como nuestras, porque son fruto del empuje de una demanda de los ciudadanos que hemos capitalizado. Hay que ver cómo se materializan en el texto final, y también cómo se llevan a la práctica, pero tener un paraguas legal, y el espíritu que ese paraguas entraña, es un avance interesante. -¿Hay alguna otra demanda sindical que debería legislarse? -Hay una política que cuestiona todo lo anterio, que es la reforma fiscal. Al margen de que sea manifiestamente mejorable en la equidad, está mandando un mensaje muy bárbaro a los ciudadanos, les está diciendo que pueden tener buenos servicios básicos sin impuestos directos, y eso es injusto y terrible. -En este clima de paz social, ¿se resiente la militancia sindical? ­-Al contrario, en España tenemos más de un millón de afiliados, y en León más de 10.000, que son muchas familias que confían en nosotros en la provincia. Además, estamos más presentes en las empresas, con más delegados. -¿Qué participación espera en el 1 de Mayo?¿Estas manifestaciones deberían ser revisadas? -La participación es coyuntural, depende del tiempo que haga y de si es puente,... Y quizá también de quien haga las homilías. El Día del Trabajo tiene una doble significación, festiva y reivindicativa, y cáda cuál elige cómo defiende el avance de los derechos básicos sobre los que se asientan las sociedades democráticas. Quizá pueda ser necesaria una revisión, pero nunca podrá privarse a este día del carácter reivindicativo y festivo a la vez. Los momentos históricos distintos se reflejan en manifestaciones diferentes.

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