De África al cayuco y a un hospital del primer mundo

Tenerife soprotó ayer una nueva avalancha de inmigrantes ilegales. Llegaron en un cayuco desde la costa de Mauritania y terminaron detenidos en alta mar. Algunos pasaron directamente de la patera a una cama de un hospital. Será lo primero que conozcan del nuevo mundo. Los equipos sanitarios que esperan a diario la marea humana de inmigrantes sin papeles en el muelle de Los Cristianos del municipio tinerfeño de Arona, constataron el mal estado de algunos de los 62 jóvenes que cruzaron el atlántico hasta las Canarias. Soportaron más de tres días en una travesía peligrosa sin casi agua potable, comida o ropa de la que guarecerse del frío. Los inmigrante proceden de varios países africanos y entre ellos hay un menor.