«La provincia está en condiciones de aprovechar el despegue económico»

Unos meses después de llegar a la secretaría provincial de UGT, Arturo Fernández considera que la provincia está en un momento histórico de oportunidades que pueden cambiar el rumbo decadente de la economía leonesa. Un futuro cuyo pulso percibe como esperanzador, aunque es consciente de la fragilidad de unos proyectos que se ponen en cuestión permanentemente. Por eso aboga por aplicar la inteligencia por encima de los intereses partidistas. Sin embargo, el horizonte de posibilidades no le distrae de los problemas que siguen afectando a los colectivos más débiles del mercado laboral leonés. _¿Qué mensaje querría transmitir en este Día del Trabajo? -Al margen de los que forman el lema de la jornada de hoy, es importante no perder de vista una concienciación internacional para que la globalización económica se traslade también a los temas sociales, para que también se extiendan los derechos fundamentales a todos los trabajadores. En el ámbito social local, sigue siendo necesario hacer una llamada a la solidaridad para que las mujeres tengan igualdad plena con los hombres. También los jóvenes nos preocupan mucho, la provincia no puede seguir permitiéndose la sangría de ver marcharse por falta de oportunidades a quienes deberían ser los garantes de nuestro futuro. -¿Los proyectos que se anuncian para León pueden solucionar esta situación? -La provincia está ahora en condiciones de tener un despegue económico importante. En este día los sindicatos vamos a pedir un consenso general para no poner trabas a ningún proyecto que se presente para León, si luego es una promesa falsa, los ciudadanos sabrán pasar factura. Pero la crítica continua hace poco atractivo ofertar nada. -¿Percibe un futuro esperanzador? -Tengo un pulso en ese sentido, ahí están los proyectos de infraestructuras y empresariales que se anuncian, las soluciones que se han dado al carbón, aunque sea de momento temporal, y a la remolacha, que, siendo egoístas, beneficia a León. Todo ello puede formar un tejido empresarial que aporte puestos de trabajo estables. No reclamamos grandes fábricas, sabemos que eso hoy en día no es posible, pero se pueden asentar muchas pequeñas empresas. Ahora toca el momento de ser inteligentes para aprovechar estos proyectos, incluso de ser egoístas, así de claro, y exigir al presidente del Gobierno todo lo que podamos para esta provincia. -¿Qué papel juegan los sindicatos en esta demanda, está cambiando su papel en la sociedad? -Si la sociedad evoluciona, nosotros debemos hacerlo también. No pueden seguir viéndonos como obreros en la calle con barricadas, esas épocas pasaron afortunadamente a la historia. Hoy hay otras formas de entenderse, tenemos capacidad de sentarnos a negociar con los empresarios con una relativa cordialidad, y llegar a acuerdos o no, pero no como enemigos. Simplemente, defendemos cosas distintas, no puede haber un enfrentamiento permanente. Si en algún momento hay que llegar a posturas de fuerza se hace, pero debe ser el último extremo; eso no lo quieren hoy ni la sociedad ni los trabajadores. -¿Cómo está el diálogo social en la provincia? -En paz. Quizá alguno piense que en demasiada calma. Si pensamos que los salarios no son muy altos, y que hay una excesiva precariedad en las mujeres y los jóvenes, quizá se concluya que deberíamos ser más reivindicativos; pero también tenemos que se conscientes de la realidad, si no hay un tejido empresarial fuerte, debemos empezar por intentar que las industrias se establezcan en León. Nuestra función es crear un clima apropiado para que los empresarios tengan la suficiente confianza y creen puestos de trabajo estables. Somos la cadena de diálogo con los empresarios y las administraciones. -¿Cómo está evolucionando la militancia sindical? -Crece, hoy estamos por encima de los 13.000 afiliados en la provincia. Pese a que el mercado laboral no es boyante, los trabajadores son conscientes de que tienen que estar protegidos para que sus derechos sean respetados. -¿Qué opina de las leyes de dependencia, igualdad, conciliación,...? -El Gobierno ha tenido la valentía de abordarlas, pero constituyen una reivindicación histórica de los sindicatos, que hemos hecho propuestas muy importantes. -¿También aplaude la propuesta de recortar los horarios laborales? -Es un asunto complicado, pero es cierto que la productividad puede ser incluso superior reduciendo la jornada laboral, y facilitando la conciliación con la vida familiar. El cambio pasa también por concienciarnos de que no siempre tienen que ser las mujeres las que pidan los permisos para atender a la familia, porque es el argumento al que se agarran los empresarios. En cualquier caso, la productividad está muy ligada a la formación, y también a la estabilidad en el empleo. Difícilmente un trabajador puede estar satisfecho con un contrato de unos días, y además el empresario no podrá formarle adecuadamente, no estará preparado sobre la prevención de riesgos,... Es toda una cadena.